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¿Qué buscan las reformas de AMLO?

Frente a esta pregunta he escuchado y leído varias interpretaciones en los medios.

Frente a esta pregunta he escuchado y leído varias interpretaciones en los medios. La que se oye con más frecuencia es la que sostiene que el objetivo final del paquete de reformas es el de distraer, es decir, es un distractor de la opinión pública para que no se concentre en los problemas y los errores del gobierno de López Obrador.

Pero me temo que no es así de simple. Por eso AMLO siempre se sale con la suya, sobre todo en momentos electorales, porque no siempre sus acciones son interpretadas correctamente.

Desde mi punto de vista, López Obrador no está interesado en esas reformas, ni son vitales como se dice por aquí y por allá. Lo que realmente está en el centro es que las propuestas de las reformas generen la sensación de que eso es lo que falta para que la 4T se consolide y cristalice.

Es decir, las propuestas de reformas le dicen al votante promedio lo siguiente: no me juzgues por lo que hemos hecho o hemos dejado de hacer, sino por lo que queremos hacer después de que ganemos la elección.

Las propuestas son un elemento movilizador electoral porque sin ellas el gobierno de AMLO quedaría inconcluso o trunco, es la sensación que intenta trasmitir y hacer patente. Nos faltan estas reformas para poder consolidar nuestro gobierno, es el mensaje oculto de la propuesta.

Las reformas son la propuesta de gobierno de esta campaña de AMLO, no por lo que representan en sí mismas, sino porque traslada la responsabilidad al elector si no vota por ellas: ¿quieres que regresen los reaccionarios corruptos? ¿Quieres que regresen los privilegios de unos cuantos a costa del pueblo? Etcétera.

La propuesta de reformas significan, en otras palabras, colocar los conceptos o los términos clave de la elección en los proyectos de país, no en algunos puntitos específicos, porque de ahí no sale bien librado el gobierno obradorista. En cambio, si lo pones en términos de proyectos pues es más fácil porque todo lo reduces a dos opciones. Blanco o negro. Esa es la cancha de AMLO.

López Obrador quiere que la oposición, o los neoliberales, se metan a la elección diciendo cuál es su proyecto de nación, porque sabe que no lo van a hacer ya sea porque no lo tienen claro o porque no tienen ninguno, y lo único que buscan son sus privilegios.

En este simplismo político-electoral, AMLO quiere que la elección presidencial del 24 sea vista por la mayoría de la población como la competencia entre dos proyectos de nación antagónicos: por un lado el proyecto que representa “el pueblo” y, por otro, el proyecto que representan los conservadores. No son las reformas.

En este simplismo, como se sabe (y si no, debería saberse) se esconde todo lo que significan las reformas que propone López Obrador, como son el autoritarismo y el control absoluto de parte del Estado de todos los mecanismos institucionales, principalmente de todas las instancias del poder judicial y también del sistema político.

Al presidente López Obrador no le interesa que con estas propuestas para la campaña electoral hace a un lado, prácticamente, a Claudia Sheinbaum, quedando como una figura marginal e intrascendente por lo que pueda decir o hacer. Lo que ella haría, si ganara, es llevar a cabo el proyecto de nación que promueve AMLO.

No se llamaría a votar por Claudia, aunque así diga su propaganda (obviamente), sino por el proyecto de nación que representa o enarbola Morena. Este es el punto central de la campaña y de la elección.

El “proyecto de nación”, con todas las comillas que se quiera, es el factor movilizador de AMLO, pero también su contraste o comparación con el de los partidos de oposición y la candidata Xóchitl Gálvez. Es una especie de blindaje electoral.

Es una fortaleza frente a la oposición porque la oposición puede tener varias propuestas, incluso algunas mejores en varios aspectos, pero no tiene algo que pueda definirse o identificarse como un proyecto de nación. ¿Cuáles son las ideas movilizadoras de la oposición?

Y aquí hay que volver a recordar que en una elección tan polarizada, como lo es esta, no son las propuestas los factores que movilizan al electorado, sino los elementos simbólicos y las figuras retóricas como son el pueblo, la justicia, los pobres, etcétera.

Hacia esa cancha quiere llevar AMLO la elección. ¡Y lo está logrando!

*El autor es analista político