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¿Es pecado ser políticamente libre de pensamiento?

Durante toda mi vida me he preguntado el por qué un político no puede pensar por sí mismo y tomar decisiones diferentes a las que el partido político le impone.

Durante toda mi vida me he preguntado el por qué un político no puede pensar por sí mismo y tomar decisiones diferentes a las que el partido político le impone. ¿Debe considerarse como un dogma de fe aceptar todas las propuestas y reglas que impone un partido?

A dónde quiero llegar es a los políticos que se atreven a no seguir las reglas que considera están mal y tratar, por otro camino, cambiarlas.

Hace más de tres décadas, diría cuatro, hubo un grupo de políticos del PRI que no estaban de acuerdo con lo que hacía su partido y decidieron salirse de ese rebaño de borregos que encubría latrocinios descarados a los presupuestos de todos los niveles de gobierno. Estaban cansados de una democracia fingida en la que también se robaban los votos y aparecieron términos como la “urna embarazada”, el “mapacheo”, etc., hombres y mujeres que se enfrentaron a una tradición post revolucionaria que no hizo más que crear más pobres.

Me refiero en especial a dos hombres: Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Porfirio Muñoz Ledo, el segundo ya fallecido y siempre fiel a sus principios democráticos y críticos. Conste que cuando ellos salieron del PRI el actual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador continuó en ese partido.

La izquierda política de México se unió a esta corriente y al tiempo se creó el Partido de la Revolución Democrática, pero seguía el del Trabajo.

En la Cámara de Diputados hemos sido testigos de la sumisión de los diputados de Morena, PT y Verde a las órdenes que envía el Ejecutivo Federal donde no pueden cambiar a sus iniciativas ni una coma, cosa que obedecen ciegamente sin ni siquiera leer las iniciativas entregadas para su análisis. ¿No habrá algún diputado o diputada que le surja la curiosidad de leer el documento y hacer algún ajuste? No, no lo hay.

Por otra parte, hemos escuchado a Claudia Sheinbaum hablar como habla López Obrador, repetir una y otra vez las palabras textuales del maestro, no hay cambios, ni siquiera mínimos, que debería haber para ofrecer algo mejor de lo que hemos recibido los mexicanos, principalmente en seguridad, salud y educación, es mi opinión.

Vemos y escuchamos a gobernadores y gobernadoras que imitan a López Obrador como ovejas siguen al pastor, aunque hay algunas diferencias. Inclusive, diputados y diputadas locales en diferentes estados del partido color vino, no cuestionan nada, porque es un acto de fe y sumisión, claro que lo hicieron los priistas y panistas ypor supuesto los perredistas en el DistritoFederal hoy Ciudad de México.

En Baja California no estamos tan alejados de esto que les estoy comentando. Endías pasados pude ver y escuchar un videode la gobernadora Marina del Pilar ÁvilaOlmeda repitiendo las palabras de LópezObrador en contra de los jueces federalesporque, según Marina del Pilar, dejaronen libertad a peligroso delincuente, se veíaenojada, como su pastor, pero nunca hablóde la carpeta de investigación de la Fiscalía General de la República la cual estabaencargada del caso, no justifico al juez ojueza, pero le recuerdo de los fracasos dela Fiscalía Estatal en delitos del fuero común los cuales no llegan a una sentenciasatisfactoria para la Fiscalía. No habló delos argumentos que utilizó el juez o jueza para dejar en libertad a ese maleante omaleantes que hablaba y que habían sidodetenidos por la Fuerza Estatal de Seguridad Ciudadana. Es cuestión de fe.

* El autor es Periodista independiente.