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Revocación o ratificación de mandato

No hay duda, que este es un tema controvertido y en muchas ocasiones confuso para la mayoría de las personas.

No hay duda, que este es un tema controvertido y en muchas ocasiones confuso para la mayoría de las personas. Muchos refieren que al presidente se le otorgó el voto para ejercer el poder por seis años, -en este caso son cinco años y diez meses-, ni un día más, ni un día menos. La revocación de mandato es sana, si tomamos en cuenta que es un voto a favor o en contra de los gobernantes, para evaluar su desempeño. Sin embargo, para muchos mexicanos, es una treta, un engaño, para perpetuarse en el poder. Toda esta situación está por verse y el telón se discurrirá este próximo 10 de abril cuando la sociedad salga a votar. No sabemos el resultado, pero de lo que, sí estamos seguros, como muchos mexicanos, es que pase lo que pase el presidente saldrá ganando. Si pierde, no reconocerá el resultado, como siempre lo ha hecho y acusará al INE que está subordinado a los designios de “la mafia del poder”. En caso de ganar y cubrir el 40% de participación sería válida y continuaría en la presidencia. Todo parece indicar que el saldo le será favorable. Ya se vislumbra una gran movilización el día de la elección. Por ello, la revocación de mandato, es el instrumento de participación ciudadana que determina la conclusión anticipada del desempeño de la persona titular de la Presidencia de la República, a partir de la pérdida de confianza.

Los resultados de la revocatoria son vinculantes cuando participa al menos el 40% de la lista nominal electoral que son alrededor de 37 millones de personas, o si vota la mayoría absoluta del 50% más uno, en favor de la salida anticipada del presidente. Pero si no se alcanza ese umbral, los resultados no son obligatorios y el mandato presidencial concluye con normalidad. En algunos países de Latinoamérica han puesto en práctica la revocación de mandato cuyos resultados fueron nefastos para la sociedad. Entre otros, países como Venezuela y Nicaragua implementaron estos ejercicios de revocación de mandato, y al parecer los resultados les beneficiaron, aún con toda la manipulación y malas prácticas lograron resultados favorables, que después, utilizarían Hugo Chávez y Daniel Ortega, para desconocer la constitución y argumentar que la voluntad popular del pueblo está por encima de la carta magna y se impusieron en una dictadura vigente en pleno siglo XXI.

Hasta ahora se encuentran dos posiciones, una a favor y otra en contra. Los que están en contra de salir a votar argumentan lo siguiente: Es un instrumento político para alcanzar otros fines, en cualquier escenario AMLO gana, la revocación de mandato es una mala idea, la oposición no debe promover esa consulta, es un recurso populista y demagógico para tener un ensayo de su popularidad, cada que hace eso sale fortalecido. Otros replican, que se debe salir a sufragar para votar en contra y hacerle saber que ya no quieren que continúe en el gobierno. Y por supuesto los fieles seguidores de AMLO, que saldrán a votar a favor de que se quede hasta concluir su mandato.

Como podrá observarse hay controversia y ha despertado todo tipo de expresiones a favor o en contra. A muchos les da coraje que se estén gastando tantos millones que deberían ser invertidos en educación y en salud, otros están muy contentos de que continúe, porque dicen, que de no hacerlo les retirarán el apoyo económico. En realidad al pueblo lo que le interesa es llevar comida a sus hogares y unos cuantos pesos para darle cobijo, educación, salud y sustento a sus familias. Les tiene sin cuidado la revocación o la ratificación del presidente, lo que les interesa es sobrevivir. Hasta ahora, los programas de política social con tintes electorales de AMLO no han servido para combatir la pobreza, al contrario, la ha fomentado a grado tal que hay cuatro millones de nuevos pobres en su administración. Ante la desesperación en el desplome de su popularidad, sabe que la revocación de mandato le permite estar en la discusión colectiva y en campaña permanente. Es absurdo, que el proyecto político futuro de AMLO dependa de una chapucería, de una trampa con disfraz de democracia participativa. ¿Ustedes como la ven?

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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