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Más atractivo el pesimismo

El optimismo es lo que más le conviene manejar al individuo, porque es magnífico pensar que las cosas mejorarán.

El optimismo es lo que más le conviene manejar al individuo, porque es magnífico pensar que las cosas mejorarán. Sin embargo el pesimismo ocupa un lugar especial en corazón y mente, es más habitual y se le presta más atención. Esto es una realidad, veamos cómo las noticias de la guerra en Ucrania ocupan todos los medios de comunicación.

ALGUNAS IDEAS

Optimismo es pensar y creer que obtendremos a la larga un buen resultado en lo que emprendamos: la mayor parte de la gente se levanta por la mañana intentando hacer las cosas un poquito mejor, y esto no es complicado, más sin embargo no está garantizado que lo logremos. Como lo expresaba un técnico, Hans Rosling, “Yo no soy optimista. Soy un posibilista muy serio”.

Sin embargo el hermano del optimismo, el pesimismo, es más convincente. Veamos en un contexto como país,en el caso de Estados Unidos el 2018 fue un año catastrófico desde el punto de vista económico con la crisis hipotecaria. El Wall Street Journal saca un artículo a finales de ese año prediciendo la fragmentación del país, los estados del norte se anexarían a Canadá, California sería una República independiente, y Texas se integraría con México. Por supuesto que no ocurrió nada de esto. Vayamos ahora al caso de Japón, estamos a fines de 1946, hay una hambruna en el país, y acaban de salir derrotados de la Segunda Guerra Mundial. ¿Se imaginan que en esas fechas saliera un artículo diciendo ánimo, nos convertiremos en una potencia económica mundial, nuestros sistemas de administración de negocios se usarán en todo el mundo, y lograremos tener en propiedad algunas de los principales bienes raíces de Estados Unidos? Lo hubieran metido al manicomio al autor.

Dile a alguien que todo irá estupendo y te mirará extrañado. Coméntale a alguien que está en peligro y te escuchará con toda la atención del mundo. También hay aspectos que afectan más que otros. Por ejemplo, una helada en una región agrícola sin duda impacta a esa zona, pero una crisis en aspecto económico o financiero afecta a todos. Y vean de qué manera se contagia el pesimismo: la caída de la bolsa en 1929 en Estados Unidos provocó la gran depresión en el país. Sólo 2.5% de los ciudadanos tenían acciones, pero como fue un evento que la gran mayoría se enteró y siguió con mucha atención provocó un paro en la actividad económica en general.

QUÉ OCURRE

¿Por qué el pesimismo es más “atractivo” que el optimismo? Una de las razones es que los contratiempos o tragedias ocurren de un día para otro, y el progreso es mucho más lento. Pongamos un ejemplo del mundo de la medicina: de 1965 a la fecha la tasa de mortalidad ajustada a la edad ha bajado más de un 70%, y esto no es noticia. En los negocios te puedes tardar años en tener éxito, pero las quiebras en meses o semanas se manifiestan.

¿Que podemos hacer para mantenernos con buen ánimo y no ser presa del pesimismo? Una receta sencilla puede ser la siguiente: que nuestras expectativas sean de mejora, para bien, y luchar por pensar de este modo. Ponemos el ejemplo de Stephen Hawking, el famoso científico que sufrió una enfermedad motoneuronal incurable a la edad de 21 años que lo dejó paralizado. Fue entrevistado por el New York Times en 2004, y ¿ está siempre tan alegre? fue una de las preguntas, y la respuesta por medio de su computadora: “Mis expectativas quedaron reducidas a cero cuando tenía 21 años, desde entonces todo ha sido un extra”.

Estimado lector, usted decida, se esfuerza por el optimismo, o se deja llevar por el pesimismo, el cual es mucho más cómodo, pero no muy atractivo. ¡Feliz domingo!

*- El autor es socio del Despacho Asesores Ballesteros.

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