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Año nuevo y algo más

Vaya inicio de año que nos está tocando vivir, este pasado martes rompimos el récord histórico de contagios en nuestro país.

Vaya inicio de año que nos está tocando vivir, este pasado martes rompimos el récord histórico de contagios en nuestro país, ya que sumaron un total 33,626 casos de COVID en un solo día. La nueva variante ómicron, sumió al país y al mundo entero en la incertidumbre de nueva cuenta. Hoy en día no hay familia que no tenga algún familiar contagiado por este flagelo sanitario. Cuando pensábamos que muy pronto regresaríamos a la normalidad y que retomaríamos nuestras actividades cotidianas, regresamos al confinamiento, al encierro y a inhibir el aparato productivo del país. Hasta ahora no sabemos cuánto tiempo durará esta nueva variante atacando ferozmente, lo que se ha publicado hasta ahora es la experiencia de dos países que padecieron cifras récord de contagios por día y que esta intensificación de contagios duró aproximadamente tres semanas. Si la duración observada se valida con los casos citados, podríamos tener otras dos a tres semanas con incrementos muy significativos. Por ello, debemos tomar con reservas todas las cifras que se manejan y no pueden ser concluyentes de un fenómeno nuevo, tampoco se puede estimar la cantidad de contagios que tendremos de ómicron al final de la pandemia.

Los optimistas dicen que el COVID se irá pareciendo cada vez a otros padecimientos respiratorios estacionales como son la influenza o los catarros comunes. Los pesimistas expresan que aún no hemos visto el fin de las variantes y existe aún el riesgo de que pueda surgir una nueva sepa que se sume a la capacidad de contagio de ómicron con la virulencia que tuvo delta. Ante este panorama, es importante diseñar una estrategia más equilibrada que puede diseñarse es apresurar los procesos de vacunación, ampliando la población a la que se la aplican las vacunas, y universalizar los refuerzos para contar con un menor porcentaje de personas expuestas al contagio grave. Todas las sospechas nos muestran que tendremos aún varias semanas complicadas, pero también nos marcan que, por lo pronto, pareciera que en el segundo trimestre de este año podríamos pensar en que esta ola haya quedado atrás en la mayor parte de las naciones en la que estalló.

La inflación está imparable, no solo en nuestro país sino a nivel internacional. Las grandes empresas se ven obligadas a disminuir su capacidad de producción enviando a sus trabajadores, en muchos casos, a sus hogares para evitar que se sigan contagiando. Esto ha provocado que el suministro de bienes de uso intermedio que requiere la industria en general se vean también obligados a producir menos, mientras que la demanda de bienes y servicios aumenta o permanece igual. Esta escasez de productos es lo que está generando la inflación. México por ser un demandante importante de bienes y servicios, sobre todo los derivados de las nuevas tecnologías sufrirán las consecuencias de este fenómeno que aún no termina por aflorar y mostrar su verdadera dimensión.

La inflación es el resultado inmediato de la pandemia de la covid-19, así como las afectaciones a las cadenas globales de valor. Este fenómeno económico le está pasando la factura a los precios de los bienes y servicios en todo el mundo y está destinado a convertirse en uno de los retos más grandes a resolver en este año. La inflación impacta con mayor fuerza a los más pobres, por eso es importante que se comience a moderar cuanto antes y no caer en la tentación de agregar presiones a los precios con decisiones y políticas no orientadas a mayor productividad, empleo e inversión. Esperamos que sea transitorio, depende de muchos factores externos que se originaron con la pandemia. Es tiempo de repensarse, de analizar qué estamos haciendo mal, y porqué lo estamos haciendo de esta manera. Debemos enfrentar juntos los grandes desafíos que se nos están presentando día con día. Gobierno y sociedad deben de ir de la mano y ponerse de acuerdo para atacar la emergencia sanitaria, el bajo crecimiento económico, la inflación, la inseguridad, el desempleo, la pobreza y la migración que hoy en día en la frontera norte y sur del país nos tienen en un entredicho a nivel internacional por la forma en que se está atacando este problema que ha lastimado a miles de migrantes en aras de contener para Estados Unidos que sigan ingresando a ese país de forma ilegal.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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