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Las prioridades de Marina del Pilar

Más allá de calificar al gobierno de Marina de “débil” y de no tener controlado del todo las riendas del gobierno, por ser una incipiente administración.

Más allá de calificar al gobierno de Marina de “débil” y de no tener controlado del todo las riendas del gobierno, por ser una incipiente administración. Los intentos “fallidos” de Jaime Bonilla por seguir “metiendo las manos” no cesan. Tampoco, se hace a la idea de que ya no es gobernador y quiere seguir controlando a través de algunos ayuntamientos que gobiernan sus incondicionales. La preocupación de la joven gobernadora Marina del Pilar debe estar enfocada en gestionar apoyos económicos del gobierno federal para realizar obras de gran “envergadura” que vengan a cambiar la situación económica que padece el estado. Se debe tener una visión de “altura de miras”, debe olvidarse de “grillas”, de “patadas por debajo de la mesa” e ignorar actitudes negativas. Debe pensar positivo, debe pensar en los electores que le dieron su voto. Quieren ver resultados, la quieren ver trabajar en serio. Debe olvidarse del qué dirán, hay que recordar un viejo adagio que dice, “trabajo mata grilla”.

Son muchos los problemas que habrá de resolver, sobre todo el de la inseguridad, impunidad, los adeudos pendientes al magisterio, el déficit presupuestal y el endeudamiento. Pero también, tendrá que atender el desempleo entre muchos otros temas. Aquí, sería interesante evaluar la situación y priorizar aquellos asuntos que requieren de una solución inmediata como el problema de los “migrantes”, que han abarrotado en mayor medida la ciudad de Tijuana. Todos los gobernantes son bien recordados por las obras emprendidas durante su gestión. Si bien, el “imaginario colectivo”, tiene memoria de corto plazo y olvida fácilmente, no así, las obras que han dejado huella, por ejemplo, el acueducto que nace en Mexicali que se construyó para abastecer del vital líquido a la zona costa del estado, la carretera transpeninsular, la canalización de los ríos de Tijuana y Mexicali, la creación del centro cívico y el edificio que alberga las oficinas del gobierno del estado, y el revestimiento de los canales del valle de Mexicali, son una muestra de las obras del pasado, que sentaron las bases del desarrollo y progreso de la región y fueron además, un aliciente para el arribo de grandes inversiones extranjeras y capital nacional. Enfrentar el problema de la insuficiencia de energía eléctrica, de agua, pero sobre todo ordenar las ciudades de Tijuana y Mexicali, que cada día se vuelven intransitables por el tránsito vehicular, que envuelven a ambas ciudades.

Se necesita trabajar con todos los sectores, para que presenten propuestas y se hagan corresponsables de algunas acciones y compromisos. Todos estamos en el mismo barco. A todos nos conviene que al gobierno le vaya bien, pero hay que reconocer que el gobierno no puede solo, por ello, la participación social y colectiva en la toma de decisiones es vital para el buen funcionamiento de cualquier gobierno. Un gobierno al lado del pueblo le da fortaleza y legitimidad, no debe haber divorcio. La trascendencia de grandes obras de infraestructura hace la diferencia entre un gobierno que administra la “inmediatez” y otro que tiene “miras muy altas” por el bien de la sociedad. Se necesitan “estadistas” que vengan a sacar a México del “marasmo” político, económico y social en que nos encontramos. Un estadista que “piense más en la próxima generación, más que en la próxima elección”, como piensan la mayoría de los políticos.

Si la gobernadora Marina del Pilar desea realizar un buen papel y trascender más allá de su sexenio necesitaría comprometerse en edificar un centro de especialidades médicas, que tanta falta hace, y evitar que los pacientes se trasladen a otros estados de la república o a la ciudad de México. Además, construir unidades clínicas en todos los municipios del estado para cubrir la demanda de atención médica hospitalaria, que cada día crece. También sería importante que terminase con la incertidumbre de pagos al magisterio. La educación y la salud son la “columna vertebral” de una sociedad “pujante” y “vigorosa”. Ya que, con ciudadanos educados y sanos, podemos regresar al estado competitivo que se requiere para volver a ser el polo de desarrollo, que atraiga inversión y empleo para beneficio de la sociedad. De realizar estas últimas acciones Marina del Pilar sería recordada más allá de su periodo administrativo.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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