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El ciclo económico depresivo que viene

Sin el ánimo de convertirme en “ave de mal agüero” o ser un “pesimista” del posible acontecer de la economía de nuestro país, la crisis económica está en ciernes.

Sin el ánimo de convertirme en “ave de mal agüero” o ser un “pesimista” del posible acontecer de la economía de nuestro país, la crisis económica está en ciernes. Aun cuando AMLO afirme lo contrario o que también diga que tiene otros datos, la crisis está en camino, así lo muestran los indicadores estadísticos de la economía. Contrario a lo que diga y lo que piense el presidente, muchos analistas lo catalogan como “conservador” a pesar de manifestar que él es un liberal y un demócrata, su actitud, su forma de gobernar y sus políticas públicas demuestran todo lo contrario. Veamos, en el aspecto político, recupera todos los rasgos que caracterizaron al sistema presidencialista de la etapa del estado benefactor: la concentración del poder, el país de un sólo hombre, la lealtad incondicional al presidente, la disciplina partidista, el populismo en su máxima expresión. En el aspecto económico: el exceso de gasto público, se tradujo en déficit fiscal, al existir más gasto que ingreso, el endeudamiento externo que conlleva una devaluación, pero sobre todo un bajo crecimiento económico insuficiente para el buen funcionamiento y el bienestar de las nuevas generaciones de mexicanos.

Además de lo anterior, habría que destacar la presencia, otra vez, de altas tasas de inflación que incrementan los precios de todos los productos y que reducen el poder adquisitivo del salario. Todos estos fenómenos ya los padecimos en el siglo pasado y hoy en día estamos viviendo una regresión. La estanflación está presente. Así se le llama a este fenómeno que combina la alta inflación con estancamiento económico. Estamos viendo como las promesas de campaña se han venido incumpliendo ya que no se ha crecido al 6% anual del (PIB) prometido, ni tampoco se ha respetado el no recurrir al endeudamiento interno. En el presupuesto de 2022 faltan poco más de un billón de pesos en los ingresos del gobierno federal para alcanzar el gasto que se propone realizar, dinero que se piensa cubrir adquiriendo una nueva deuda pública interna y externa, por esa cantidad de dinero, que es igual al endeudamiento que ha adquirido año con año desde 2017, para nivelar el déficit en las finanzas públicas. el gasto programable y no programable que proyectó el gobierno federal para 2022 es por más de 7 billones 48 mil millones de pesos, pero el ingreso que obtendrá por impuestos, por actividades petroleras y otras actividades no tributarias apenas llegará a 6 billones 172 mil millones de pesos, a esto se le denomina déficit presupuestal. Por ello, el gobierno le ha estado echando el ojo a las reservas internacionales y a las AFORES, sin que hasta el momento puedan echar mano de esos recursos, ya que tendría que modificarse la ley en la cámara de diputados.

Si el gobierno de López Obrador está en quiebra, ¿por qué se sorprenden? que busque hasta por debajo de las piedras el dinero que les hace falta para seguir fondeando los programas político-asistenciales y la construcción de la refinería que está en el lago de Dos Bocas, el aeropuerto de los mamuts y el tren que devastará la selva del sureste del país. Las Afores y las reservas internacionales del Banco de México están en la mira del gobierno de la autollamada 4T y no descansarán hasta que entren los recursos que manejan a las arcas de la SHCP. Ante este escenario, de falta de crecimiento económico y el incremento de la inflación que se asemeja a las administraciones de Luis Echeverría y José López Portillo, no debe sorprendernos que al final del sexenio de López Obrador se nos venga una crisis económica. Hasta ahora no se ha manifestado la crisis en virtud de la llegada a nuestro país este año de más de 40,000 millones de dólares de “remesas” que envían nuestros paisanos de Estados Unidos, que de alguna manera han sido un paliativo que ha minimizado la crisis. De continuar esta tendencia al final de la administración de AMLO la crisis se expresará en su verdadera dimensión en el ciclo depresivo de la economía mexicana. De darse este escenario habrá una concentración de la riqueza, los ricos serán más ricos y los pobres serán más pobres y millones más de mexicanos engrosarán las filas de la pobreza extrema y la marginalidad social.

*- El autor es economista egresado de la UABC.

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