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La difícil tarea de comunicar

El comunicar implica asumir responsabilidades éticas y de respeto, aún más cuando se utiliza algún medio de comunicación masiva.

El comunicar implica asumir responsabilidades éticas y de respeto, aún más cuando se utiliza algún medio de comunicación masiva. En la comunicación interpersonal, se espera un mensaje claro y en un lenguaje comprensible para la contraparte, a fin de facilitar la retroalimentación entre ambas los comunicantes. Pero en la comunicación que se hace mediante algún medio de comunicación masiva ya sea impreso, electrónico o digital, la responsabilidad que tiene el comunicador es mayor y, sobre todo, el hacerse responsable de lo que opina, afirma o comparte. Justamente a eso dedico esta colaboración, ya que me alarma la ligereza de juicios en algunos comentarios y opiniones que encuentro a diario emitidas por diversas personas que son publicadas por los medios de comunicación masiva.

De pronto han surgido una gran cantidad de opinadores que se convierten en jueces de casi todos los temas. Si esto fuera en el plano personal o íntimo, pues no hay problema, sus puntos de vista quedan en el entorno inmediato. Pero cuando esto se hace sin miramientos, con poco sustento de lo que informa u opina, sin una fuente seria que se consulte y se cite, es una grave irresponsabilidad de parte del comunicador, pues su pre-juicio mal informa a las audiencias que esperan que lo que se informe en los medios de comunicación tenga una fuerte dosis de verosimilitud, pues está hecho por profesionales del periodismo. Otro de los graves errores de un comunicador, ya sea profesional o improvisado, es el mal uso del lenguaje.

El utilizar palabras ofensivas hacia otras personas, tal parece que pronto se convierte en un elemento de popularidad. Y justamente por esto mismo se abusa de un lenguaje ofensivo y descalificador hacia otras personas como si eso fuera un elemento valioso para enjuiciar al otro, cuando son los argumentos los que permiten a los públicos distinguir entre una ofensa, que suele rayar en lo personal, de la argumentación al emitir un juicio crítico.

Si usted amable lector piensa que refiero sucesos ocasionales, solo lea las columnas de algunos opinocratas, oiga algunos programas de radio y vea algunos programas de dizque análisis en la televisión, y verá que hay, lamentablemente abundancia de estos personajes, que se escudan en una determinada condición académica, política o en la empresa que les abre un espacio para comunicar. Ciertamente este tipo de personajes que gozan de mucha audiencia y seguidores, se han convertido en un ejército de opinocratas que hoy pontifican de salud, mañana de economía, después del medio ambiente, y se suelen apoyar en invitados que por supuesto su opinión está hecha a modo para que se confirme el juicio del conductor del programa.

En nada contribuyen este tipo de comunicadores y espacios mediáticos a enriquecer la opinión pública, dando como resultado una sociedad mal informada y desorientada, con juicios parcializados que atienden a intereses particulares, que poco favorecen en el formar corrientes de opinión plurales y representativas de los diferentes sectores de una sociedad mexicana que demanda tolerancia de otras formas de pensar y no sectarismos. ¿Usted qué opina?

*- El autor es coordinador del Observatorio Global Mediático-UABC.

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