Estudiantes universitarios. Una aproximación a un perfil en Latinoamérica
De los aspectos que los países se esfuerzan en incrementar, es la población estudiantil universitaria.
De los aspectos que los países se esfuerzan en incrementar, es la población estudiantil universitaria. En México, de 126 millones de habitantes aproximadamente que somos, según la ANUIES, (2019) hay 2,6 millones estudiantes universitarios en los diferentes subsistemas educativos (http://www.anuies. mx/informacion-y-servicios/informacion-estadistica-de-educacion-superior/anuario-estadistico-de-educacion-superior). Lo cual realmente es una población menor, pues el INEGI, (2019) indica que de toda la población de 6 A 29 años, apenas el 3.6% cursa estudios superiores y de este porcentaje, el 89% lo hace en una institución pública, y sólo el 11% en una privada (https://www.inegi.org.mx/contenidos/saladeprensa/boletines/2021/OtrTemEcon/ECOVID-ED_2021_03.pdf). El panorama en Latinoamérica, salvo excepciones realmente es complejo, por decir lo menos, excepto países como Chile, Uruguay o Argentina, que son naciones que han priorizado, desde hace décadas, la formación del estudiante universitario. Si bien con diferentes modelos, el privatizador de Chile, pues aún en las instituciones públicas hay una cuota de pago, o Argentina, en la cual TODA la educación pública es gratuita.
Recientemente la UNESCO, divulgó en julio de este año, su informe denominado Perfil del estudiante universitario latinoamericano (http://www.iiep.unesco.org/en/publication/ perfil-del-estudiante-universitario-latinoamericano), en el cual presenta un perfil, si bien generalizable, del estudiante universitario. El documento indica el crecimiento de la población universitaria en la región, así como el creciente porcentaje de mujeres universitarias; lo cierto es que por otra parte hay diversos rasgos preocupantes. Por ejemplo, los estudiantes de mayor edad, (25 a 29 años) acceden preferentemente a carreras técnicas de corta duración, pues su preocupación es incorporarse al mercado de trabajo en el menor tiempo posible. En relación a la población femenina, el incremento es notorio en las disciplinas llamadas “femeninas” como las ciencias sociales, educación o ciencias de la salud, y en menor grado en ciencias naturales o carreras técnicas. Otro rasgo que indica el estudio, son las diferencias cualitativas entre el acceso a las universidades en zonas urbanas y rurales, en estas últimas prevalece el ingreso limitado a sectores desfavorecidos. Aunque hay una apertura cada vez mayor a los estudiantes de poblaciones indígenas y con capacidades diferentes, gracias a políticas públicas implementadas por los gobiernos, que ha incrementado la creación de universidades con orientación a poblaciones indígenas o con un enfoque hacia la diversidad cultural. A su vez, el Informe indica que muchos estudiantes, tanto de los sectores urbanos como rurales, sobre todo en estos últimos, son parte de la primera generación en su contexto familiar en tener acceso a la educación superior, con lo cual enfrentan una posible desventaja para su desarrollo como universitarios.
En Baja California, hay un poco más de 96 mil estudiantes de ambos sexos en las 90 instituciones de educación superior, tanto públicas como privadas que imparten estudios desde licenciatura hasta posgrado (http://www.anuies.mx/ informacion-y-servicios/informacion-estadistica-de-educacion-superior/anuario-estadistico-de-educacion-superior). Y es Tijuana, la ciudad que más estudiantes universitarios con 46,500, seguida de Mexicali con 32,900, Ensenada con 15, 900 y 1,200 en Tecate. En su conjunto Baja California si bien no es una entidad con población estudiantil numerosa, si representa un esfuerzo, desde hace décadas por mejorar el ingreso a la educación superior, sin embargo, no es suficiente, pues cada año, se quedan miles de aspirantes a ingresar a las universidades. ¿Usted qué opina?
*- El autor es coordinador del Observatorio Global Mediático-UABC.