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De historia y algo más

Ingeniería civil o militar

Las diferentes culturas marcaron un importante hito en el desarrollo de la historia de la ingeniería civil, ya que sus primeros pasos los dieron sociedades como la egipcia, romana, mesopotámica, griega, oriental y europea, que fueron creando modelos civilizados a partir de sus diferentes necesidades. Por ejemplo, algunos tenían la necesidad de mantener sus culturas y religiones, y por eso creyeron oportuno construir grandes templos que les permitieran seguir rindiéndole culto a sus deidades, mientras otros simplemente necesitaban lugares donde alojarse para poder establecerse en los lugares donde migraban. El término de ingeniería civil fue denominado de esta forma para diferenciarla de la ingeniería militar en el siglo XVIII. La primera escuela de ingeniería civil fue creada en 1747, en la ciudad de París, con el nombre de La Ecole Nationale des ponts et Chaussées, la cual perdura hoy en día. Con la construcción del faro de Eddystone, John Smeaton fue el primer ingeniero autoproclamado. De ahí se abrió paso a nuevos grupos de profesionales de la ingeniería civil que continuamente se reunían para debatir sobre esta profesión. José Ortega y Gasset dijo: “Los ingenieros acuden a la vida pública como lo que son, como hombres de ciencia y técnica que aportan al gobierno lo que es su haber: el conocimiento, y le piden a este que en lugar de orientar las leyes con el viento de los discursos, las alimenten con el acervo de minuciosos y meditados estudios”. La historia del desarrollo social y económico de Mexico, como el de las demás naciones, esta íntimamente ligada a la cobertura y calidad de la educación así como al diseño de las soluciones de su ingeniería civil. La ingeniería civil mexicana es motivo de orgullo nacional, por su probada disciplina es objeto de reconocimiento a nivel mundial. Su trabajo es reconocido, tanto por el diseño, supervisión y construcción de obras de uso diario, cotidiano, pero que implican el mismo profesionalismo y dedicación. En los últimos años hemos visto que el Ejército Mexicano ha sido contratado como constructor de dependencias como la Secretaría de Hacienda y el Consejo de la Judicatura Federal como un recurso para evitar la corrupción y que las obras se concluyan a tiempo. En el polémico tema de las obras del aeropuerto de Santa Lucia el ejecutivo ha dicho que el constructor será el Ejército Mexicano que para eso tiene ingenieros militares. Esta práctica debe desaparecer, uno puede entender que el ejército construya obras en donde su presencia sea por razones de seguridad nacional, principalmente en caminos en zonas conflictivas como Chiapas, Guerrero, Sinaloa, Sonora o Chihuahua pero no en cruces fronterizos o aeropuertos civiles, ¿de qué se trata?, ¿de militarizar hasta la construcción en nuestro país? La corrupción en las obras de nuestro país no es por culpa de los constructores o de los ingenieros civiles, mucho tienen que ver los proyectos ejecutivos mal hechos, los presupuestos mal elaborados, la mala supervisión de obra, la falta de control de calidad, una ley de obras públicas obsoleta, la falta de pago oportuno de las estimaciones, las empresas sexenales o trienales, la falta de experiencia de las mismas, funcionarios encargados de la planeación y de la infraestructura del país sin experiencia contribuyen en mucho a la corrupción, no es utilizando al Ejército como se acabara la corrupción en este país, así no Sr. Presidente López.

*- El autor es ex presidente de la Federación de Colegios de Ingenieros

Civiles de la República Mexicana.

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