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Profesión de alto riesgo: ser periodista en México

El pasado 1 de diciembre de diciembre, justamente el día en López Obrador asumió oficialmente la presidencia de México, fue asesinado un periodista más, en esta ocasión fue Jesús Alejandro Márquez en Nayarit. Su delito, si se le puede llamar así, fue denunciar las relaciones de funcionarios y políticos locales con el crimen organizado (https://rsf.org/es/noticias/mexico-encuentran-asesinado-un-periodista-el-dia-de-la-investidura-de-lopez-obrador).

Con este suceso, México ocupa el nada honroso lugar 147 en la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa en el 2018, y según el portal de Reporteros sin Fronteras, seguimos siendo uno de los países más peligrosos del mundo por visibilizar la corrupción de las autoridades o las actividades del crimen organizado. Incluso según esta misma organización, en lo que va del año van 17 asesinatos mientras en el 2017 se contabilizaron 12 decesos por las mismas causas, difundir los delitos y la degradación en que han caído las autoridades gubernamentales en contubernio con los carteles de la droga.

Esta situación ocurre en diversas naciones del mundo, no sólo en países en desarrollo o con democracias frágiles. Ya conocemos de las amenazas a la prensa por el presidente de Estados Unidos, que según el Comité de Protección de Periodistas (por sus siglas en inglés CPJ), en el 2018 fueron arrestados nueve periodistas en ese país. En este año según el reporte de dicha comisión, hay 251 o más periodistas han sido encarcelados en el mundo (al 1 de diciembre), en razón de su trabajo periodístico por medio del cual critican a las autoridades gubernamentales o denuncian la corrupción entre políticos y empresarios o con la delincuencia. Un dato interesante es que en Egipto se encarceló a 19 periodistas por cargos relacionados con las noticias falsas. Estas acusaciones están envueltas en la retórica de la presidencia de Trump sobre las “fake news” como protagonista mundial. Datos adicionales de esta cantidad de periodistas en la cárcel es que el 98% de ellos son arrestados por sus propios gobiernos; el 13% del total son mujeres, en comparación con el 8% del 2017; otro dato alarmante es que el 30% son periodistas “freelancers”, lo cual vuelve peligrosa esta condición laboral y desafortunadamente es la política el tema más arriesgado, seguido de las denuncias de atentados a los derechos humanos, lo cual es trágico porque justamente esta condición es de las más vulneradas en muchas regiones del mundo (https://cpj.org/reports/2018/12/journalists-jailed-imprisoned-turkey-china-egypt-saudi-arabia.php).

De ahí la importancia y el valor simbólico, en el contexto de México, el que el Consejo Ciudadano del Premio Nacional de Periodismo 2017 (PNP), haya premiado el trabajo de periodistas mexicanos que en su labor periodística, en su gran mayoría, se han enfrentado, ya sea al poder de los políticos locales y/o a la delincuencia organizada. Ya fuera mediante su trabajo en el cartón político, el reportaje, la crónica, el editorial o la nota informativa, pues lo que hubo detrás de esa labor fue el valor de la denuncia y también el convencimiento de que ser periodista es un compromiso con la democracia y la justicia. ¿Usted qué opina?

* El autor es coordinador del Observatorio Global Mediático-UABC

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