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Eduardo Ruiz-Healy

Cerrar la frontera sería una locura

Con 3,185 kilómetros (1,951 millas) de longitud, la frontera que divide a México y Estados Unidos es la décima más larga del mundo. En el oeste de ambos países empieza en Tijuana (Baja California) y San Diego (California), y termina en Matamoros (Tamaulipas) y Cameron (Texas). A lo largo de la frontera hay seis estados mexicanos (Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas) y cuatro estadounidenses (California, Arizona, Nuevo México y Texas); 39 municipios mexicanos y 23 condados estadounidenses. Hay 48 cruces fronterizos entre ambos países y del lado estadounidense 330 puertos de entrada en donde quienes desean ingresar al país del norte deben mostrar las pertenencias que llevan consigo.

La frontera México-Estados Unidos es la que más cruces legales registra cada año en el mundo: un millón de personas, en promedio, cada día del año. La frontera entre Tijuana y San Diego es la más transitada del mundo: cada año más de 50 millones de personas la cruzan en ambos sentidos. Esto representa, en promedio, 137,000 cruces cada día del año.

También es una frontera en donde se realiza uno de los mayores volúmenes de intercambio comercial en el planeta. Poco más de 4,000 camiones de carga la cruzan diariamente en ambos sentidos. Todos los días cruzan la frontera productos y servicios con un valor de 1,400 millones de dólares. O sea que cada año hay un intercambio comercial fronterizo de unos 511,000 millones de dólares, esto es poco más de medio billón de dólares.

Si bien nuestro país depende más de Estados Unidos que éste de México, todas las ciudades fronterizas estadounidenses, excepto San Diego, prosperan gracias a su vecindad con las ciudades fronterizas mexicanas. Cada vez que la economía nacional sufre una crisis, se deprimen las economías de Calexico, Tecate y Andrade, en California; las de San Luis, Lukeville, Sasabe, Nogales, Naco y Douglas, en Arizona; las de Antelope Wells, Columbia y Santa Teresa, en Nuevo México; las de El Paso, Tornillo, Fort Hancock, Presidio, Bit Bend, Del Rio, Eagle Pass, Laredo, Falcón Heights, Roma, Río Grande, Los Ebanos, Mission, Hidalgo, Pharr, Donna, Progreso, Los Indios y Brownsville, en Texas.

Que el presidente gringo pregunte a los habitantes de estas 31 poblaciones si quieren que les cierren la frontera. Que Donald Trump le pregunte si quieren el cierre fronterizo a los habitantes de los cuatro estados que tienen frontera con México y a los cinco millones de estadounidenses cuyos trabajos dependen totalmente del comercio con nuestro país, casi 600,000 de ellos en California y casi 400,000 en Texas. Hace unos días, Trump amenazó con cerrar totalmente la frontera México-Estados Unidos. Su amenaza no sólo es absurda sino, francamente, estúpida; no es meramente una más de sus ocurrencias: es una verdadera locura.

¡Cuidado con lo que piensan, dicen y hacen los populistas como Trump! Pueden causar verdaderas catástrofes y afectar la vida de millones de personas.

*El autor es periodista de radio y televisión.

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