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Piensa

"Habla bajito, habla despacio, y no digas mucho"

John Wayne

Según los expertos nuestro lenguaje es más del 80% no verbal, es decir que lo importante no es lo que dices, sino cómo lo dices. Un ejemplo muy sencillo: Si al saludar de mano no estrechamos fuerte al otro, señal de que realmente nos es indiferente.

Y ya que hablamos de comunicar, es muy importante la calidad y el tamaño del vocabulario que manejamos. Veamos: Si un niño no aprende la palabra “gracias” y lo que esto significa nos queda claro que no será una persona agradecida.

Ser y parecer

Transmitimos lo que decimos a través de la expresión de nuestro rostro, de nuestros gestos, de nuestra voz y de nuestra mirada. Recuerdo el caso de aquella persona enferma que se quería ir del hospital a su casa. Le cuestionan si le han dado un mal trato en el hospital, a lo que responde, “para nada, lo que ocurre es que en el hospital me tratan con caridad, pero en la casa me tratan con amor”. Pequeña y gran diferencia.

Claramente esto significa que no basta sonreír y ser amable. Es cuando uno va a una tienda, y el empleado lo atiende muy bien pero no tiene el producto o servicio que solicitamos, muy probable ya no regresamos ahí.

Desde el punto de vista humanístico significa que si uno le interesa cambiar algo o alguien, primero necesita cambiar uno, o al menos luchar por hacerlo.

En la antigua China y en la India las personas más admiradas eran las que poseían cualidades espirituales sobresalientes: No solo transmitían conocimientos sino profundas actitudes humanas. Quienes entraban en contacto con ellos anhelaban cambiar y crecer y perdían el miedo a ser diferentes.

Aquí en este aspecto recuerdo las anécdotas de Steve Jobs, de quien se dice que era implacable con sus colaboradores, pero todos quedaron muy agradecidos con él por la forma que los hizo crecer profesionalmente.

Auténticos

Podemos afirmar que un hombre o mujer de valía no tiene por qué ser perfecto, pero sí tiene que ser auténtico.

Cuando una persona comunica algo, se nota si realmente lo siente, si verdaderamente cree en lo que dice. Si acabas de tener una experiencia positiva te será muy fácil transmitirla sin necesidad de ser un gran orador. Esto aplica mucho en ventas y negociaciones: si realmente crees y estás convencido se te facilitará promover lo que ofreces. En este aspecto es donde le falla mucho a los políticos: cuando dicen algo uno tiene que estar “leyendo entre líneas” para descifrar lo que mencionan.

Serenidad

Por último, estimado lector, lo que tenemos que comunicar debe ser hecho con serenidad. Nos referimos a lo siguiente: Cuando discutamos o confrontemos ideas con alguien, lo principal será la búsqueda de la verdad, no necesariamente el ganar la argumentación. Y esto también es muy importante, ya que nuestro interlocutor al captar esto estará más dispuesto a escucharnos y dejar de estar a la defensiva.

Conclusión, estimado lector: Todo en la vida es negociación, con el cónyuge, con los hijos, con los clientes, con los superiores, con los inferiores, con todo mundo. Y en la medida que sepamos comunicar y expresar nuestras ideas mejora la calidad de existencia. Y recuerda: Cómo lo dices, no lo que dices, es lo que importa. Más resumido: En el pedir está el dar. ¡Feliz domingo!

El autor es socio del Despacho Ballesteros y asociados.

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