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El Imparcial / Columnas / notamigracion

Mirador

Noé trabajaba en su arca día y noche.

–A ver si ya dejas esa tontería inútil y entras en la casa –le decía su esposa–. ¿No ves que va a llover?

Pero Noé seguía en su trabajo.

Apenas acabó de hacer el arca cuando se desató el Diluvio Universal, que hasta entonces había permanecido atado. Llovió 40 días con sus noches. Aquélla fue, como quien dice, la Madre de Todas las Lluvias.

Al terminar el Diluvio dijo Noé a su esposa:

–En esto conozco la infinita misericordia del Señor, padre amoroso que cuida a todas sus criaturas.

–¿En qué conoces eso? –preguntó la mujer.

Y respondió el patriarca viendo a dos criaturitas que bajaban:

–Mira: hasta la pareja de caracoles tuvo tiempo de subir en el arca.

¡Hasta mañana!...

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