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Eduardo Ruiz-Healy

Los números no cuadran

Nadie se pone de acuerdo en cuánto nos costará a los mexicanos dos de los programas asistenciales que arrancarán con el gobierno de Andrés Manuel López Obrador: los apoyos a adultos mayores y las becas para jóvenes que ni estudian ni trabajan (también conocidos como ninis).

La organización de investigación periodística Verificado 2018 calcula que entregar una ayuda mensual de 1,100 pesos a todos los mexicanos mayores de 65 años y una beca de 2,290 pesos mensuales para los ninis, implicará un gasto de más de 240,000 millones de pesos al año.

Por otro lado, el centro de análisis e investigación GESOC, A.C., estima que ambos programas al gobierno federal le costarán 332,881 millones de pesos.

Otro cálculo, realizado por el Instituto Mexicano de Ejecutivo de Finanzas (IMEF), estima que el costo de dichos programas sería de casi 500,000 millones de pesos, que es el doble de lo estimado por Verificado 2018 y 27.9% mayor a la cifra que proporciona GESOC.

Los cifras varían porque cada cálculo tomó en cuenta diferentes montos, tanto para la ayuda a adultos mayores como para ninis. Como sea, estamos hablando de mucho dinero.

A lo anterior habrá que añadir el costo que tendrán otras promesas hechas por Andrés Manuel durante su campaña.

Por ejemplo, la ayuda de 1,100 pesos mensuales para personas con discapacidad costará 109.5 mil millones en 2019.

También hay que considerar lo que nos costará construir 100 universidades públicas en todo el país, hazaña que ningún país ha logrado. Hasta ahora no he podido encontrar un estimado de lo que tendría que invertirse en cada una, menos en las 100.

El periodista Héctor Gutiérrez publicó, el 7 de febrero de 2017 en el diario El Financiero, que las principales promesas del próximo presidente de México costarán un billón 20,400 millones de pesos ó 1,020,400,000,000, que es poco más del doble de los 500,000 millones de pesos que los planes de reducción del gasto público buscan ahorrarle al gobierno federal.

En ese contexto, si tomamos en cuenta que, de acuerdo al diputado morenista Pablo Gómez, el Presupuesto de Egresos 2019 será de aproximadamente 5.6 billones de pesos, las promesas de Andrés Manuel consumirán aproximadamente el 18% de dicho presupuesto y dejarán 4.58 billones de pesos para que el gobierno federal cubra sus demás gastos.

1.66 billones de pesos se dedicarán al gasto no programable, de los cuales 892,000 millones irán a las participaciones federales a los estados; 726,000 millones al costo financiero de la deuda (monto que seguramente será mayor debido a las alzas de interés en México y Estados Unidos); y 35,900 millones a adeudos de ejercicios fiscales anteriores.

127,500 millones de pesos se dirigirán a los poderes Judicial y Legislativo y a los órganos autónomos (CNDH, COFECE, INAI, INE, INEE, INEGI y TFJFA).

Para el ISSSTE, IMSS, Pemex y CFE se destinarán 1.2 billones de pesos.

Al pago de pensiones irán 896,000 millones de pesos, y a los ramos generales de salud, educación y otros fondos para los estados se destinarán 817,000 millones.

Para el gasto programable del año entrante se dedicarán 654,000 millones de pesos; 111,000 millones a inversión; 405,000 millones a subsidios; y 140,000 millones a gastos de operación.

La suma de los conceptos anotados en los cinco párrafos que anteceden a éste es de 5.35 billones de pesos; más que los 4.58 billones que resultan de restarle al presupuesto de 5.6 billones de pesos el costo de cumplir con las promesas de campaña de AMLO. Es decir, los números no cuadran.

Por todo lo anterior, será muy interesante ver cuál será el paquete económico 2019 que el mes entrante envíe el nuevo gobierno al congreso para su estudio y eventual aprobación.

*El autor es periodista de radio y televisión.

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