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Reflexión Universitaria

Los resultados de la encuesta promovida por el presidente electo de México Andrés Manuel López Obrador, para decidir el destino del aeropuerto capitalino puso al descubierto la lucha de clases prevaleciente en nuestro país. La confrontación entre privilegios y derechos. Esto fue el final de una crónica anunciada desde la campaña política porque AMLO se había comprometido echar abajo la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM), porque aseguraba que él va a terminar con la “corrupción”, origen de todas nuestras desgracias como sociedad. Las declaraciones de López Obrador después de la consulta popular ha sido una noticia muy comentada y se ha regado mucha tinta en los medios tradicionales y en las redes sociales.

Aún no toma posesión como Presidente y AMLO ha sido atacado por los grupos de poder, los grandes inversionistas, políticos, propietarios de medios se pusieron de acuerdo –al menos esa es la impresión que dan– para desplegar una campaña desaprobando la decisión tomada, le adjudican la pérdida del valor al peso y que las calificadoras internacionales de valores dan menos calificación a nuestro país; inclusive, algunos empresarios norteamericanos han descalificado lo sucedido con el NAIM.

Se ha dicho que se revisarán los contratos que realizaron empresas privadas con el gobierno, ya que se sospecha que se realizaron de manera ilegal; también se analizará por qué se utilizaron recursos de las Afores, que es ahorro de los mexicanos, en donde se supone que sus ahorros fueron invertidos y que las ganancias se quedarían en manos de los inversionistas. Los privilegios al “capital” en nuestro país han sido la norma desde el inicio de los gobiernos neoliberales, donde las deudas privadas se han convertido en públicas, tenemos ejemplos ilustrativos de ello, recuerden el Fobaproa y los rescates carreteros, entre otros. Son los políticos que han llegado para hacer negocios, no para gobernar. Por ello, el enojo de la oligarquía, de los grandes grupos fácticos dueños de este país.

Hasta ahora no hemos visto una manifestación de inconformidad de la sociedad o de grupos sociales oponiéndose a la decisión. La crisis moral, económica, la pobreza, la corrupción e inseguridad son producto de los malos gobiernos que han llegado para enriquecerse y enriquecer a sus socios. Como dijera el aspirante a gobernador Jaime Martínez Veloz: los cuatro jinetes de los Apocalipsis apersonados en el país y en Baja California son la corrupción, impunidad, incompetencia e inseguridad, y esto es el resultado y herencia de malos gobiernos.

Esta modalidad para tomar la decisión ha sido calificada de “populista”, por el método que se utilizó para llegar a esta conclusión. La gente estaba acostumbrada a no ser consultada, en un sistema político autoritario en donde el país era regenteado por un solo hombre y hoy que se consulta a los mexicanos, les causa extrañeza y dicen que el mundo se va acabar, que la economía no crecerá y que el peso se devaluará. Millones de personas esperan que AMLO aplique las leyes y haga justicia y logre meter a la cárcel a todos aquellos que hayan malversado los recursos del erario público y no solo eso, también confían en los obliguen a regresar lo que se llevaron. ¡El cambio está a la vuelta de la esquina y viene Veloz!

El autor es economista egresado de la UABC.

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