Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / notamigracion

Ecoanálisis

Les tengo una mala y otra mala. Primero que lamentablemente un helicóptero de la Marina que vigilaba el polígono de protección de la vaquita marina que aún sobrevive en el alto Golfo de California cayó al mar. La noticia oficial informa que una de las hélices tocó el agua y por ello la aeronave chocó con la superficie del mar y se hundió. Muy mala noticia ya que hay un marino desaparecido. Pero en las redes sociales circula un video auténtico tomado con un teléfono celular de un pescador en que se ven lanchas sacando un chinchorro y en el horizonte un punto en el cielo que se aproxima, quizá por eso sacan las redes apuradamente.

El pescador que graba la escena amplifica la toma sobre el objeto que se aproxima y se ve a un helicóptero volando bajo. Luego inclina la nariz y se derrumba en picada, ¡sin que ninguna de sus hélices toque el agua antes!... como reza el informe oficial. ¿Por qué mentir? Primero porque nunca imaginaron que uno de los tantos pescadores furtivos registraba la escena, y segundo, porque la aeronave probablemente permitía esa pesca clandestina. Al notar el desplome del aparato oficial de la Marina, los pescadores aceleran su motor fuera de borda hacia el punto en donde vieron y grabaron la caída entre comentarios de incredulidad.

Al llegar al mar burbujeante por el oxígeno que despide el helicóptero que quizá en ese momento todavía se hundía hacia el fondo marino, empiezan a llegar una, otra, otra más, hasta que uno pierde la cuenta de tantas lanchas furtivas que acuden al rescate. Sacan a uno y otro marino y les dan los primeros auxilios, vitales para ellos en esa situación extrema. El video me deja una reflexión en dos sentidos: La bondad de los supuestamente perseguidos pescadores furtivos, de que a pesar de que iban tras ellos, no les importa y en un acto de humanismo acuden al salvamento de sus perseguidores.

La otra reflexión es muy triste: el Alto Golfo, el polígono de protección de la vaquita marina, está plagado de embarcaciones clandestinas sacando totoaba y a las últimas vaquitas marinas que le quedaban al mundo. Este revelador video nos lleva a dudar de una apertura de la pesca deportiva de la totoaba porque solamente será sumarle totoabas legales a las ilegales, multiplicar su captura en un escenario incontrolado e imprevisible para una especie endémica y en peligro de extinción. Lo mismo sucede con el borrego cimarrón, sin reducir la corrupción, dar permisos para caza legal, será sumarle más borregos muertos a los que actualmente se dan con la caza furtiva.

Este ejemplo es definitivo y suficiente para demostrar la incompetencia de las autoridades para erradicar el furtivismo en todo sentido. O visto desde el otro lado de la moneda, nuestra incapacidad para respetar el estado de derecho como sociedad. Para resguardar lo que queda de nuestros recursos naturales no son necesarias más leyes, es necesario cambiarnos por otro pueblo.

El autor es investigador ambiental independiente.

Temas relacionados