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Eduardo Ruiz-Healy

¿Y dónde trabajarán los centroamericanos?

“Vamos a ofrecer empleo, trabajo a migrantes centroamericanos, ése es un plan que tenemos, el que quiera trabajar en nuestro país va a tener apoyo, una visa de trabajo”, anunció el miércoles pasado Andrés Manuel López Obrador.

Lo que ofreció el presidente electo puede interpretarse como la adopción de una política de fronteras abiertas para que cualquier guatemalteco, beliceño, salvadoreño, hondureño, nicaragüense, costarricense o panameño entre a México para trabajar legalmente en cualquier lugar de nuestro país. Y no solo eso, al decir que “vamos a ofrecer empleo” también podría suponerse que el gobierno que presidirá AMLO dará trabajo a miles y hasta decenas de miles de centroamericanos.

En caso de que la oferta de AMLO solo consista en entregar una visa de trabajo a los centroamericanos que la soliciten, es conveniente saber varias cosas:

1. ¿A cuántos se les otorgará dicha visa?

2. ¿Se verificará que realmente sean ciudadanos centroamericanos para impedir el ingreso de terrorista provenientes de otros lugares del mundo que pudieran pasar como latinoamericanos?

3. ¿Se verificarán los antecedentes penales de cada solicitante para impedir que ingresen delincuentes?

4. ¿Se verificarán las credenciales académicas de los solicitantes de la visa que se ostenten como profesionales?

5. ¿Cómo se realizarán dichas verificaciones para que los mexicanos sepamos que gracias a la magnanimidad del próximo gobierno no llegarán a México personas que pondrán en mayor riesgo nuestra seguridad?

6. ¿Qué tipos de trabajo podrán realizar los centroamericanos que obtengan la visa para no desplazar a los trabajadores mexicanos de sus empleos?

La propuesta de AMLO es, definitivamente, bondadosa y solidaria hacia los llamados hermanos centroamericanos. Sin embargo, no debe olvidar que fue electo para proteger, antes que ningún otro, los intereses de los mexicanos.

De acuerdo con un estudio realizado por el Banco Interamericano de Desarrollo, en México los empleos son escasos y los sueldos son bajos. La mala situación laboral mexicana solo es peor en Nicaragua, El Salvador, Honduras y Guatemala, que son los países donde viven quienes han sido invitados por AMLO para venir a trabajar legalmente en nuestro país.

De acuerdo con el Inegi, casi el 60% de los trabajadores labora en el sector informal. La llegada de miles, de decenas de miles o hasta de cientos de miles de centroamericanos agravará la precaria situación de estos trabajadores informales y seguramente contribuirá a bajar los ingresos que reciben, en vista de que un trabajador inmigrante probablemente aceptará un pago menor que un mexicano con tal de tener trabajo.

Andrés Manuel debe decirnos en dónde trabajarán los centroamericanos y cómo garantizará que no desplacen de sus empleos a los mexicanos.

El autor es periodista de radio y televisión.

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