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Reflexión Universitaria

Guerra soterrada en el PAN

Los militantes han querido minimizar una batalla que está a flor de piel, que se siente en el ambiente del partido hegemónico en Baja California. Se han escuchado opiniones aisladas de militantes reconocidos. Sin embargo, los grupos en su interior se empiezan a agrupar y a plantear escenarios más convenientes para la supervivencia de este instituto político. La mayoría de los albicelestes concuerdan que en la próxima contienda electoral perderán todas las posiciones en disputa incluyendo la gubernatura. Muchos se encuentran resignados, sobre todo aquellos que viven del presupuesto, pero también existen los que celebran que el PAN haya perdido la elección presidencial, por los vicios en los que había caído. Un partido emblemático, el más antiguo, con una tradición democrática, se dejó llevar por el canto de las sirenas y de tajo se trasformó en aquello que siempre le criticó al PRI. Fueron muchas las lecciones aprendidas que lo llevaron a perder el rumbo que hasta ahora no han podido apuntalar, máxime que su ex presidente Damián Zepeda, miembro e incondicional del grupo de Ricardo Anaya, no quiere dejar las riendas del partido. Hasta ahora han sido muy cautos, pero es previsible un choque de trenes y se comenzará una vez que tomen posesión los nuevos legisladores federales. Sin embargo, lo que se aprecia es que el grupo de Ricardo Anaya no está dispuesto a dejar el poder, aun con los obstáculos de muchos panistas que no le perdonarán que haya desdibujado y desteñido al PAN, y se haya coludido con la izquierda sin haber consultado a las bases del partido para lograr su candidatura. Sin duda, este joven ambicioso se cegó y traicionó a los que le tendieron la mano y destruyó a todo aquel que tuvo la osadía de enfrentarlo, con esto dividió a sus miembros y liquidó los valores y principios del PAN, desapareció y negó la historia del partido más viejo de nuestro país. En consecuencia, habrá de pagar cara su osadía; los que lo siguen, lo hacen por interés de obtener posiciones que les reditúen económicamente. El PAN ya no es el movimiento de ciudadanos que buscaban afanosamente la democracia en nuestro país. Se terminaron los movimientos surgidos de la base del PAN cuando la gente de manera “espontánea” y “algarabía” llenaba los recintos donde se celebraban sus mítines. El PAN se convirtió en una agencia de colocaciones para todos aquellos neopanistas que buscaban convertirse en ricos de la noche a la mañana, como así ha ocurrido.

Por ello, se prevé una desbandada de cuadros y liderazgos importantes, que abandonarán al partido para irse a refugiar a Morena por tener el control político en todo el país y quedarse fuera del presupuesto es vivir en el error. Indudablemente, a nivel nacional habrá la creación de nuevos partidos, nuevas coaliciones, nuevos intereses en un contexto político distinto, con una capacidad de adaptación, como los camaleones para cambiar de color dependiendo de las circunstancias.

Aquí en Baja California, el aun gobernador sigue teniendo el control del partido en la figura de José Luis Ovando Patrón, quien ha hecho caso omiso a las voces que piden su salida de la dirigencia del PAN ante el estrepitoso fracaso. Urge, dicen los militantes, una renovación de cuadros que vengan a oxigenar al ya de por si ahogado partido cuyo timón navega a la deriva sin rumbo fijo.

El autor es economista egresado de la UABC.

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