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Camelot

"Somos lo que hacemos"

Corría el año 2002, yo me encontraba en el restaurante Balmoral del Presidente Intercontinental de la Ciudad de México, al fondo franqueada intencionalmente por tres mesas vacías la maestra Elba Esther desayunaba cómodamente junto con Rafael Ochoa, su operador político de confianza, de repente ella levantó la voz para dejarle claro a los comensales y a su interlocutor quién era ella: “No, Vicente, no te equivoques, en el tema de la educación quien manda soy yo, tú en todos los demás, pero en éste no”; la casualidad me obsequió la oportunidad de constatar personalmente el verdadero poder que la maestra Gordillo detentaba, el Presidente de la República no podía haber sido denostado de mayor forma; la maestra no sólo marcaba límites sino que acotaba sin recato alguno al mismísimo jefe del Estado mexicano.

Creo, al igual que muchos, que Elba Esther Gordillo es responsable por el mal manejo y el dispendio de los recursos provenientes de las cuotas de los maestros adscritos al Sindicato Nacional de los Trabajadores de la Educación, poco importa que nuestro sistema judicial no haya encontrado la definición jurídica de una conducta específica, llámase robo o no. La realidad es que la maestra dispuso a su antojo para gastos personales una parte importante de los recursos provenientes del sindicato haciendo de su antojo diario su voluntad expresa sin contrapeso alguno más allá que el de su propia voluntad; la PGR documentó que Elba Esther dispuso de mil 978 millones de pesos, cantidad que utilizó discrecionalmente para la compra de propiedades en México y en el extranjero, uso de aviones privados, artículos de lujo en las más exclusivas tiendas departamentales, objetos y obras de arte, entre otros, gasto que fue debidamente comprobado por la Unidad de Inteligencia Financiera adscrita a la SHCP.

La maestra no es inocente, es responsable de uno de los mayores desfalcos de la reciente historia mexicana, ¿por qué entonces fue absuelta? Porque no hubo denuncia alguna por parte del Sindicato, sus abogados comprobaron que los recursos provenían del SNTE y con ello el argumento de lavado de dinero y de delincuencia organizada se fueron al carajo, y con ellos la dignidad de miles de maestros de nuestro país que no tuvieron ni la valentía ni la dignidad de denunciarla penalmente por ser directos afectados.

Un dato demoledor para comprender el tamaño del corporativismo sindical en nuestro país, particularmente para el gremio magisterial; para este año el presupuesto del Gobierno Federal para nómina de los maestros pertenecientes al SNTE es de 335 mil millones de pesos, la cuota sindical obligatoria es del uno por ciento, esto es 3 mil 350 millones de pesos, recursos manejados en la oscuridad y en la absoluta discrecionalidad, en esto reside el corporativismo de nuestro sistema, en el que los afiliados pagan sus cuotas por obligación no por voluntad propia.

Lamento profundamente que Andrés Manuel pretenda dar marcha atrás a la reforma educativa, lamento que Elba Esther Gordillo reclame ante el imaginario popular un espacio en el que estos liderazgos no deberían tener mayor cabida, repruebo que Andrés Manuel se haga acompañar de otro líder de quinta a quien al igual que a la maestra le comprobaron que se llevó 50 millones de dólares provenientes del Sindicato de Mineros, Napoleón Gómez Urrutia, una pregunta ¿con ellos llevaremos a cabo la cuarta transformación de nuestro país?

El autor es empresario, ex dirigente de la Coparmex Mexicali.

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