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Desde otra patria

Cuando asumí la posición como corresponsal de Arizona y Nuevo México para una agencia internacional de noticias, mi editor fue terminante al señalarme que únicamente podría cubrir periodísticamente lo que sucedía en dichos estados, pero cuando le platique sobre la existencia de una ciudad oculta debajo del barrio de “La Chinesca” en Mexicali, Baja California, el tema lo sedujo al instante.

Siempre lo supe, no hay quien se resista a semejante historia con tintes de leyenda, que atrae y conquista al lector más exigente. No necesitas irte muy lejos para reconocer la fascinación de la existencia de ese mundo oculto.

Si me remonto varios años atrás, recuerdo en mi imaginación infantil los relatos de mis abuelos sobre la existencia de esos subterráneos que escondían una ciudad aparte. Nunca imagine que ese mundo me iba a ser develado por mi profesión. Fue mi gran amiga e historiadora Yolanda Sánchez Ogas quien acabó con el misterio y, junto a un grupo de curiosos que nos atraía la historia, empezamos a sumergirnos en esos subterráneos hace casi dos décadas.

También tuve el gusto que otro gran amigo, el maestro Eduardo Auyón (qepd), me introdujera en ese universo maravilloso que únicamente visualizaba en mi imaginación. Claro, la realidad es muy distante a lo que uno proyecta en su mente, no era una ciudad que resguardaba opulentos casinos, al contrario, apenas y si quedaban vestigios de algunos sótanos nauseabundos que fungen como bodegas de establecimiento comerciales de la zona centro.

Aun así, la historia no pierde brillo, lo digo con certeza, porque el reportaje al que titularon mis editores “Sale a la luz una mítica ciudad subterránea en Baja California” se publicó mundialmente.

El inicio del reportaje reza: Los mitos sobre la existencia de una ciudad oculta debajo del barrio “La chinesca” de Mexicali, localidad mexicana colindante con Caléxico (EE.UU.), no tienen que ver con el tráfico de drogas o de inmigrantes, sino con un pasado oriental que aún se deja ver y sobre todo paladear.

Bajo las edificaciones del centro de Mexicali, la capital del estado mexicano de Baja California, donde a principios del siglo XX llegaron miles de inmigrantes chinos para trabajar en el cultivo del algodón, existe un entramado de subterráneos que se supone que alguna vez estuvieron conectados.

Ostentosos casinos y fumaderos de opio son los escenarios de los mitos y leyendas creados en torno a la ciudad oculta en “La chinesca”, pero lo más cercano a la realidad, según los investigadores, es que la comunidad asiática se refugiaba allí para protegerse de las elevadas temperaturas de Mexicali, que en el verano pueden llegar hasta 45 grados (113 grados Fahrenheit).

Por algo en esta urbe de poco más de un millón de habitantes existe un “Monumento a la ciudad que capturó el sol”. Ahora los curiosos pueden imaginar esa vida subterránea en los recorridos culturales organizados por el catedrático de la Universidad Autónoma de Baja California Víctor Martínez Ceniceros.

Y así continua el reportaje, como también continua vigente aquel sueño de infancia, el que con los años se han convertido en testimonio de una historia que se niega a desaparecer, en reportajes internacionales, en susurros que en ocasiones, se vuelven leyenda.

*Corresponsal en Arizona y Nuevo México de la Agencia de Noticias Efe

@BetyLimon16

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