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La Verdad Sea Dicha

Los actuarios y su lucha en el Poder Judicial

Hablar de división de poderes es fundamental en tiempos en donde la sociedad pretende jalar hacia una democracia.

Sin embargo, siempre hay cuestiones que surgen y en ocasiones impiden avanzar.

En este caso nos referimos al Poder Judicial, en donde la relación endeble que el presidente, Salvador Juan Ortíz Morales mantiene con los representantes de los poderes Ejecutivo y Legislativo, lo que le ha impedido obtener el recurso económico para solventar los gastos, urgentes, al grado de que algunos empleados nos comentaron la zozobra en la que están ante la posibilidad de que haya un momento que ni el sueldo les puedan pagar.

Un botón de muestra: los más de 50 actuarios civiles, mercantiles, familiares que laboran en Mexicali ya pegaron el grito en el cielo para demandar pagos básicos como son la gasolina, erogación que se les ha retardado hasta una semana en ser cubierta.

Esta problemática ha generado conflicto, ya que algunos de ellos al no contar con el combustible están retrasando las citas en sus revisiones, con lo que los abogados que llevan los casos los están apurando.

Cabe mencionar que los inconformes han enviado oficios a la presidencia del Tribunal, no sólo en lo que va de este año, sino desde el anterior, cuando las cosas se empezaban a complicar.

Esperan ser recibidos por el presidente Ortiz Morales, a más tardar este lunes, para exponerle de viva voz lo sucedido.

No quieren solamente ser escuchados por el secretario particular, quien no tiene capacidad de maniobra ante decisiones fundamentales como un posible aumento salarial.

En dicha entrevista también expresarán su inconformidad ante la falta de aumento salarial en los últimos trece años, la falta de equipo y de material para hacer su labor.

“Ya sabemos que nos van a decir que no hay dinero, que no se han aprobado la llegada de las partidas, pero nosotros le haremos saber que hay cuestiones básicas que no se pueden cumplir si no tenemos lo indispensable como es la gasolina”, nos comentó uno de los afectados.

Los inconformes crearon un grupo de WhatsApp en donde están en constante comunicación y a diferencia de otras ocasiones están muy participativos y con menos temores a los expresados con anterioridad, es decir, ante un posible despido.

Los actuarios ganan alrededor de 18 mil pesos mensuales y dijeron que dependen del apoyo de 2 mil pesos al mes de gasolina que les otorgan, por lo que su retraso les significan contratiempos.

En esta vorágine también se quejan los abogados que ven como sus casos se retrasan por la falta de acciones de los actuarios. Es decir, la justicia rápida y expedita duerme el sueño de los justos desde los actos de fe que no están dando los actuarios.

Es evidente que a Ortíz Morales le hace falta un enlace sólido que hable ante representantes del Ejecutivo estatal, con la intención de que puedan ayudarlo a destrabar la aprobación de recursos urgentes en el Legislativo para darle certeza a los empleados.

Eso hasta el momento no ha pasado y dejan mucho que desear las artes políticas y de negociaciones en el poder que representa don Salvador Juan.

Recordemos que en el Judicial pidieron 400 millones de pesos más para este año, en comparación con lo ejercido en el 2017, lo cual no fue aprobado por los diputados.

Pero tampoco les han llegado los recursos que se necesitan aún para los pagos inmediatos.

Veremos qué sucede en la reunión que habrá entre el presidente y los actuarios inconformes, sobre todo pensando en los casos que no se resuelven de manera inmediata ante la falta de sus acciones.

Nos comentan que el presidente ha mostrado interés en solucionar los problemas, pero insistimos, le está faltando fuerza al interior y sobre todo un buen enlace hacia el exterior que le permitan la obtención de recursos para la consolidación de las propuestas y por supuesto del Poder Judicial.

Más fuerza, aunque no desbocada como la ejercida en anteriores presidencias en donde decían: si el gobernador quiere hablar conmigo que venga a mi oficina, al fin que somos iguales, ambos representamos un poder.

La verdad sea dicha.

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