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Punto de inflexión

Debate presidencial

"Nunca, como en campañas políticas, se dicen tantas mentiras"

Anónimo

El día de mañana por la tarde, en punto de las 18 horas, se llevará a cabo el primero de tres debates presidenciales entre los candidatos que se disputan la presidencia de la República con fecha 1 de julio para que los mexicanos asistamos a las urnas a tomar una decisiva y trascendental decisión democrática ejerciendo libremente nuestro voto.

En este entendido, sin duda alguna que tal ejercicio, en donde estarán en vivo y cara a cara los perfiles que aspiran a gobernarnos, es una oportunidad relevante para procurar inteligentemente y con objetividad dilucidar fríamente las alternativas al ser contrastadas las ideas, los proyectos y las capacidades más allá de las fanfarronerías, ocurrencias y literalmente mentiras que a diestra y siniestra e irresponsablemente más de un candidato suelta un día sí y otro también con el afán de engañar con falsas ilusiones que a la postre terminan costando demasiado caras a la hora en que tales posturas chocan con la realidad de lo posible cuando se trata de lidear al toro en el ruedo sin verlo ya cómodamente desde la barrera...

Luego entonces, seamos sensatos para analizar, con objetividad y cordura, la posición que tiene nuestro México en cuanto a indicadores básicos prioritarios que son consecuencia de muchos años de esfuerzo y políticas públicas sustentadas en planes de largo plazo que conforme pasa el tiempo demuestran estar en lo correcto.

Datos duros de la economía nacional así lo demuestran: inflación acotada, crecimiento del PIB no como se necesita, pero si constante, balanza comercial controlada, deuda pública en contraciclo y a la baja, inversión extranjera directa a la alza sin precedentes, generación de empleos con crecimiento nunca antes visto, tipo de cambio real y libre como un precio más de la economía, por citar algunos ejemplos, son hechos concretos que deben de ser parámetro obligado en el entendido de que significan la necesaria plataforma de sustento si se pretende aterrizar y haber viable el desarrollo y bienestar de cualquier nación del mundo hacia el futuro.

Lo anterior sin el afán de favorecer o demeritar a cualquiera de los candidatos y lo que representan, sino con la idea establecer una radiografía mínima de la verdad respecto a en dónde estamos.

Ahora bien, si a lo anterior le agregamos las grandes reformas estructurales (educativa, energética, fiscal, telecomunicaciones) impulsadas por el actual gobierno de la República de la mano de la oposición (Pacto por México) para ser consensuadas, discutidas y aprobadas en el Congreso de la Unión en medio de la pluralidad democrática, mismas que por su enorme calado obviamente requieren (unas más que otras) de muchos años para que surtan los efectos deseados en todos sentidos, nos encontramos con que indudablemente nuestra nación tiene un rumbo claro y definido sobre a dónde hay que ir a sabiendas de que somos parte integral de la dinámica de un mundo en muchos sentidos inédito e inmensamente retador (léase relación con gobierno de Trump) en el que no podemos distraer la atención ni el foco.

Así las cosas, sepamos discernir objetivamente (no solo a partir del debate de mañana sino en el resto de la campaña y los dos debates por venir) sobre quién de los candidatos tiene la capacidad, trayectoria, conocimientos y plan de trabajo acorde con los tiempos que corren de una nación que debe ver hacia el futuro en pleno siglo XXI.

El autor es editorialista local/consejero CDEM.

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