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Ecoanálisis

Para los federales, candidatos y funcionarios, el medio ambiente mexicano no existe como rubro importante para la viabilidad del país. La Naturaleza existente en este trozo de tierra americana que es México, ya hasta es burla decir una y otra vez que es rica. Que somos unos privilegiados por tener la biodiversidad que nos sitúa como el 4° lugar mundial en especies de seres vivos. Y estos viven sobre también ricos yacimientos minerales y que debido su valor intrínseco e inmediato, los políticos han facilitado históricamente su explotación principalmente por extranjeros.

En su libro “México a cielo abierto”, Jesús Lemus muestra el terrible saqueo de minerales. Dice que tan solo en 2016, extranjeros se llevaron el doble del oro que los españoles se llevaron en 300 años de colonia. Este autor-investigador perseguido y ya torturado por revelar esta realidad, opina que: “A la cauda de corrupción, violencia, narcotráfico, explotación y esclavitud laboral que la falta de un gobierno eficiente ha dejado en México, se suma la tragedia causada por la riqueza. Nunca en nuestro país había pesado tanto tener esa vastedad de recursos naturales de la que no muchas naciones pueden presumir. Solapadas por el gobierno desde hace al menos veinticinco años, cuando se firmó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte, cerca de 267 compañías –principalmente canadienses y estadounidenses– operan en México sin escrúpulos ni restricciones”.

La minería es la actividad económica más polémica. Salvo la conocida participación de Carlos Slim y su grupo Carso, así como algunas otras compañías mineras mexicanas, Lemus da cuenta de 267 empresas extranjeras que se llevan toda clase de minerales ante la complacencia de políticos de todos los partidos. Parecen tener un arreglo para callar, dejar pasar, permitir sin chistar. Pero no sólo la minería está ausente en los discursos políticos, también lo está la biodiversidad mexicana. Desde que los “niños verdes” se apoderaron de todos los puestos federales relacionados con el medio ambiente, emprendieron una estrategia entreguista de nuestros recursos naturales al mejor postor.

Basta ver el abandono de voluntad y presupuesto para la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la Conanp, para entender esta entrega. Reducciones presupuestales, políticas erróneas e imposición de “verdes tiernos de escritorio” a cambio de los pocos técnicos con experiencia que quedaban en el sector ambiental. La estrategia entreguista tiene otra vertiente: el cabildeo en las cámaras alta y baja. Han trabajado y gastado intensamente para adecuar la legislación federal y ampliar las facilidades a los inversionistas extranjeros para saquear nuestra naturaleza.

El último golpe al patrimonio natural de los mexicanos fue la declaratoria sobre Las Zonas de Salvaguarda, en especial, de las aguas que rodean a la península bajacaliforniana y el Desierto de Altar, que dejan de ser protegidas y ahora se permite la minería, extracción de gas y petróleo, ¡hasta dentro del mismísimo Pinacate! Con los niños verdes y sus aliados, ya no hay lugar seguro para especies en riesgo, cualquier denuncio minero está por encima de ellas.

*Investigador ambiental independiente.

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