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Diálogo empresarial

Pausada renegociación

A reserva de ser simplista, la renegociación del Tlcan parece ser un gusano, es decir, da un paso hacia adelante y varios pasos para atrás. Esto es lo que puede verse en la reciente séptima ronda celebrada en la Ciudad de México.

Existieron avances en tres temas relacionados con las buenas prácticas regulatorias, con transparencia y medidas sanitarias-fitosanitarias, además de dos anexos referidos a telecomunicaciones y productos químicos. Es decir, irían seis de 30 capítulos, esto es, una quinta parte o si se quiere ver de otra forma, un capítulo por ronda si consideramos que la primera fue de acercamiento, de reconocimiento de equipos y planteamiento de los alcances de la renegociación.

A esa “lentitud” se le agregó confusión y tensión en la pasada ronda, porque quien pidió revisar el tratado insiste en poner muy elevada la regla de origen automotriz, pero también porque en medio de las conversaciones se lanzó la iniciativa estadounidense de aumentar aranceles al acero con 25 por ciento y del 10 por ciento al aluminio, no importando se aplique también a sus dos vecinos comerciales… aunque mejor ya no digo socios, pues parece que ese término y calificativo ha dejado de existir en el diccionario del gobierno de Donal Trump. Aranceles, que, también ha mencionado el mandatario de Estados Unidos que pueden omitirse si firman un acuerdo “justo” y favorable” para ellos.

Pero volviendo a la ronda séptima y lo negociado, se han cerrado seis capítulos: aparte de los mencionados, están los referentes a PyMEs, Competencia y Anticorrupción. Hay avances significativos, se nos informa, en servicios financieros, empresas propiedad del Estado (compra de gobierno), energía, obstáculos técnicos al comercio, telecomunicaciones y comercio electrónico o digital. Continúan, además, las pláticas en disciplinas relacionadas con medio ambiente, entrada temporal de personas, productos agropecuarios y la propuesta de revisión (cancelar quiere Estados Unidos) cada cinco años.

Por la lentitud que se percibe y entendiendo que los tiempos políticos ya están a la vuelta de la esquina en los tres países –por sus elecciones para presidente en el nuestro y por cambio de representantes y gobernadores en los otros dos países–, es que en las próximas semanas habrá sesiones físicas e incluso remotas (videoconferencias). Lo que considero y lo he dicho en otras ocasiones, es que no por querer cerrar la negociación, se acepten por parte de México medidas discriminatorias ni condicionantes del comercio, porque debe homologarse el término “justo” con administrado” y ni mucho menos con cesión.

¿Habrá una octava ronda? Si, en Estados Unidos durante el mes de abril. Sin embargo, se desea no se pongan más obstáculos y se siembren iniciativas contrarías al trato comercial entre socios porque podrían romperse las negociaciones y más aún si ya se dieron en el resto del mundo reacciones a las medidas arancelarias recién anunciadas para el acero, aluminio, lavadoras, paneles solares y, hasta quizás a automóviles europeos como también advirtió el mandatario estadounidense…. Y como todo puede pasar, termino esta colaboración mencionando qué en abril, alrededor de esa octava sesión y en Washington, anuncie que se retira del Tlcan por su promesa de campaña “make America great again”.

* El autor es presidente de Index Mexicali y Director de Recursos Humanos

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