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Ecoanálisis

Hasta yo que no pongo mucha atención, ni compro medicinas a menudo, he visto como se han disparado los precios de los medicamentos. Hoy comparto con usted, ecológico lector, el hecho de que en los EUA ha empezado toda una revolución en contra de lo que ellos llaman “the big pharma”, las grandes farmacéuticas para nosotros, que básicamente son las mismas. Preguntas sensatas y lógicas al respecto serían para mí: ¿Quién fija y controla el precio de las medicinas? ¿Quién vigila la relación entre el costo real y el precio final de venta al público? ¿Quién supervisa que la ganancia sea moral y éticamente apropiada?

Y si no hay respuestas lógicas y coherentes a estas preguntas, estamos en un verdadero aprieto. Cuando publicité cosméticos en los años setentas, aprendí que se gasta hasta un 80% de su precio de venta en publicidad, de otra manera no se venden esos productos. Entonces imaginen el costo insignificante que tienen después de deducir la ganancia. Los grandes laboratorios farmacéuticos gastan mucho dinero investigando y creando nuevos productos, pero nosotros sociedad no podemos entender ni comprender el tamaño de sus ganancias, cualquier cifra que nos digan se nos hará exorbitante.

Quizá sea por mi edad, o quizá a todos nos está llegando información vía Internet de médicos y clínicas americanas que ofrecen tratamientos alternativos contra los males más comunes de la modernidad: pérdida de memoria, diabetes, hipertensión, enfermedades cardíacas, embolias y derrames cerebrales y los tipos de cáncer más comunes. Esas ofertas relativamente nuevas, no utilizan las fórmulas del BIG PHARMA, sino otras propias de vegetales y minerales nuevos para los occidentales. Algunos probados por siglos en Asia, cuna de la medicina natural.

Y cuando uno enferma y la medicina homeópata o alópata local no le funciona, o el tratamiento se torna impagable, necesariamente volteamos hacia estas tentadoras y novedosas ofertas que antes no nos llegaban. Entonces, ¿quién vigilará que esta medicina alternativa extranjera sea efectiva, así como que su precio sea el adecuado? La oferta herbolaria ha pervivido por siglos en México. Y ello se debe indudablemente a su efectividad. La cura con hierbas y minerales naturales fue después de todo el origen de los medicamentos, ya estaba aquí cuando llegaron los europeos. Y si bien ninguna institución del gobierno los supervisa o avala, la gente utiliza la herbolaria porque puede pagarla y le funciona y sin efectos secundarios importantes.

Esta nueva ola de medicina extranjera, probada y propuesta por médicos y clínicas particulares de los EUA, ¿irán a posesionarse de algún segmento del mercado local? Si así fuese, ¿bajo qué control de gobierno? Pero mi preocupación no termina con estas preguntas sin respuestas, sino en uno de los argumentos más fuertes que ellos utilizan para convencernos: nos aseguran que el BIG PHARMA está coludido con gobiernos y seguros, para proporcionarnos no cura, sino alivio a los síntomas. Que somos sus rehenes enfermos y nos mantienen vivos para seguir explotándonos, sin curarnos. ¡Eso sería perverso y criminal!

* El auor es investigador ambiental independiente.

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