Ecoanálisis
Los osos grizzly de San Pedro Mártir El gran oso gris americano, Ursus horribilis, se llamó “oso plateado” en México, actualmente habita desde Alaska y el extremo Oeste de Canadá y un estrecho corredor hacia el Sur, por las Montañas Rocallosas o Rocosas hasta Nuevo México. En el pasado, también vivió en la Sierra Nevada de California, pero fue extinguido por los primeros ganaderos para proteger sus hatos. En la historia del vecino Estado, se cuenta que fuimos los mexicanos quienes extinguimos al temible grizzly u oso gris, por la sencilla razón de que en el tiempo que desapareció, California todavía pertenecía a México. Según Leopold, esta población se extendió hasta el Norte de Baja California. Desde mediados del siglo XX se combatió al oso gris mexicano en el Norte de México hasta extinguirlo, por la misma razón que lo hicieron los californianos. El grizzly es una fiera temible para cualquier humano que conviva con él. Su corpulencia de hasta 800 libras de peso, duplica a la del común oso negro, Ursus americanus, y solamente es superado por los gigantes del Norte, el oso café o Kodiak que alcanza las mil 500 libras y el oso polar de hasta mil 100 libras de peso. De todos ellos, el grizzly es el más peligroso ya que ataca sin provocación. El pleito de un humano contra un grizzly más reciente fue en el cine, y es el que tuvo Leonardo DiCaprio con un grizzly digital en 'El Renacido'. Ahí el cazador sobrevive al ataque, lo cual no siempre sucede. Actualmente, pues, no existe esta fiera en territorio mexicano en vida libre, pero recientemente hubo dos grizzly por unos instantes en el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, B.C. Como antecedentes en este Estado, tenemos a dos exploradores, uno del siglo XVIII, José Longinos (1792), quien lo reportó en su diario; el otro James O. Pattie (1820) que divisó a un enorme oso plateado en las inmediaciones de la misión dominica de Santa Catalina o Catarina, en el Sur de Sierra de Juárez. Ha habido casos de osos negros en el municipio de Tecate, pero se han atribuido a animales que escaparon de un cautiverio, no obstante, durante la primera mitad del siglo pasado hubo liberaciones de osos negros en Cuyamaca State Park, muy cerca de la frontera y alguno pudo emigrar hasta Baja California. El atractivo título de esta columna obedece a una curiosa anécdota real, que aconteció en este hermoso Parque Nacional años atrás. Resulta que estando presente su entonces director, mi amigo Ángel López, colega investigador de la UABC, llegó el médico veterinario del Zoológico de Jorge Hank de Tijuana. Llevaba consigo a dos hermosos cachorros de oso grizzly y un proyecto para hacer un santuario para ellos en el parque. Por supuesto que fue invitado a regresarse con su preciada carga a Tijuana. Creo que ha sido el único momento en la historia ambiental en donde, con toda seguridad, hubo grizzlyes en San Pedro Mártir. El autor es investigador ambiental independiente.
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