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Visión académica

Tendencias para 2017 Es costumbre que al finalizar un año, se realicen balances personales y sociales del año que concluye y se efectúen pronósticos para el año que comienza. Así, 2016 fue un año de violencia, no solamente criminal: violencia de Estado, violencia económica, política y sobre el pensar. El gran capital global o neoliberal, impone su lógica en todas las esferas de la vida, acentúa su dominio y control en la subjetividad personal y social; el pensamiento, la ciencia, la ideología; y, todavía más, aspira controlar las acciones y decisiones individuales. Lo más parecido a eso se sintetiza en una palabra, “fascismo”, disfrazado de democracia. 2017 se inaugura con el gasolinazo y anticipa que continuará a la alza todos los meses. Es un duro golpe económico (como los pugilistas) para ablandar el cuerpo social; tiene un fondo más perverso, crear el hábito de la “aceptación” incuestionable. Aceptar todas las decisiones que provengan del poder, sea poder de Estado, o de los poderes fácticos. Aceptar vivir en una constante incertidumbre, que el pensamiento funcione con la preocupación de crear estrategias adaptativas a cada circunstancia que imponga el capital. “Aceptar” el gasolinazo, es aceptar las consecuencias que le acompañan (como expresión de poder, dominación, subordinación y de aplastamiento moral): carestía de los energéticos, gas, electricidad, los productos básicos y, sobre todo, “aceptar” el aumento de la incertidumbre ante el porvenir y extender el miedo. En otros términos, el poder global se propone para 2017 imponer su lógica a todas las naciones. Que “aceptemos” la globalización bajo la dirección del gran capital. Que “aceptemos” símbolos vivientes, como Trump, para promover una mayor “aceptación”. Al operar como circunstancia externa, está fuera de nuestro alcance, por tanto, nos impone decisiones sin poderlas objetar. En consecuencia, solo nos queda “aceptar” lo que provenga. El muro será un triunfo de dicha “aceptación” de la exclusión, la humillación y sumisión ante el poder. Generar condicionamientos. La conducta presidencial ante Trump, forma parte de la misma complicidad. Enviar un mensaje de impotencia al conjunto social, mostrarse como un presidente disminuido y subordinado ante el poder. Con ello se propone introyectar la idea de impotencia y aceptación de la subordinación, Presentar al gran capital como incuestionable. Así, Trump pretende funcionar como una especie de fetiche con fuerza condicionante, capaz de tomar decisiones y que no hay más remedio que asumirlas. Es la simbolización del poder del gran capital que golpea con furia a los sectores más oprimidos de la sociedad. Esa tendencia se acentuará en 2017. ¿Hacia dónde se dirige el gran capital con tales acciones? ¿Dónde están las fuerzas sociales que puedan resistir tales tendencias? Ante las tendencias en 2017, dominada por la mundialización del capital, solo se le puede oponer una resistencia política organizada también de manera internacional. Nuestra fuerza está en la unidad de todo el continente latinoamericano. En ese sentido, en 2017 se requiere iniciar un gran debate continental en torno a los modos de organización y resistencia al capital y la necesidad de estrechar alianzas organizadas con China. Trump representa la arrogancia imperial que se propone la guerra contra China. De lo contrario, pueden multiplicarse los Ayotzinapa. El autor es catedrático de la UPN campus Mexicali.

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