Edición México
Suscríbete
Ed. México

El Imparcial / Columnas / notamigracion

Visión académica

Elecciones en EU ante la mundialización Cuando aparezca la presente colaboración, estará en pleno apogeo el proceso electoral en Estados Unidos (EU). Es muy complejo el entramado de significaciones que encierra la actual contienda. Está por definirse quién asume el poder en la potencia más grande jamás creada por la historia de la humanidad, lo cual trae exigencias e implicaciones tanto para esa nación como para el mundo. A EU se le plantean grandes problemáticas internas entrelazadas con las circunstancias propias del momento histórico: desde las ecológico-ambientales que amenazan la vida en nuestro planeta, hasta los desafíos del horizonte histórico y futuros que encierra; problemáticas que muy débilmente se manifestaron en los debates. En la sociedad estadounidense, aunque lentamente y con grandes dificultades, viene operando una reestructuración valoral. Desde las elecciones pasadas, el hecho de elegir a un afroamericano, representa un gran cambio en las estructuras mentales de esa nación donde, hasta la fecha, sectores importantes todavía no logran asumirlo. Hoy se presenta una candidata mujer, también por primera vez, y con grandes posibilidades de llegar a la Presidencia. Sin duda, lentamente, pero hay cambios valorales en la mentalidad de la sociedad. No obstante, están muy distantes de las transformaciones necesarias en las relaciones interpersonales que EU necesita operar. Más allá del racismo y las problemáticas de género, están otros desafíos en cuanto a las relaciones interpersonales: la violencia, la drogadicción, el armamentismo, las formas de relación social, la competencia, la convivencia. Todavía, por ejemplo, existen cuestionamientos en relación con el sistema social de salud y a los criterios de supremacía que rigen los pensamientos de la sociedad. La mentalidad estadounidense ha ordenado su pensamiento con base en la idea de potencia mundial que ha internalizado profundamente el poder y las consecuencias que de ello se derivan: la idea de hegemonía, de dominación, de competencia, de triunfo del más fuerte, machismo, sexismo, que en las circunstancias actuales ya resultan un peligro extremo. Todo ello está en los candidatos, particularmente en Trump. Los contendientes no son estadistas con un ideario intelectual filosófico-político y cultural a la altura de las exigencias, requerimientos y problemáticas que enfrenta el mundo. Son individuos al frente de una compleja y poderosa maquinaria institucional. Estamos en plena mundialización, lo cual implicaría que a candidatos con una amplia visión de futuro, armónica e integral, libre de los criterios de hegemonía y con propuestas para avanzar en dicho proceso. Por el contrario, estamos en la era del gran capital financiero que viene apropiándose de todas las esferas de la vida con los peligros que esto entraña. La política se ha banalizado. Un empresario, inculto, con dinero, que concibe la política con criterios administrativos de empresa y sus relaciones de mando/obediencia, es ajeno a la idea de política como construcción de historia y punto de encuentro de distintas, visiones, proyectos y de diferentes voluntades. Pareciera que las tendencias favorecen a Hillary Clinton, aunque tampoco ella es garante de un proyecto armónico de mundialización, ella encarna al sistema de dominación, con más cálculo, con menos torpeza que Trump, dado que conoce la maquinaria institucional que mueve a esa potencia. El autor es catedrático de la UPN campus Mexicali.

Sigue nuestro canal de WhatsApp

Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí

Temas relacionados