Visión académica
Educación punitiva o educación crítica Gilberto Guevara Niebla, quien en algún momento se postulaba izquierdista, pero… eso ya quedó en el pasado, hoy, y desde hace tiempo, está al servicio de los intereses gubernamentales (naturalmente desde un espacio en apariencia neutro, pero obediente y subordinado, el INEE) donde labora. En esta ocasión, Guevara Niebla confronta y arremete contra el magisterio en lucha por oponerse a la Reforma Educativa por sus claros efectos punitivos. Para tales propósitos, publica un artículo en la revista Nexos de agosto de 2016, intitulado La Reforma Educativa: Prejuicios y Fantasmas, en el cual defiende dicha reforma y afirma que las intenciones gubernamentales son “dignificar la vida de los maestros” y “acabar con la arbitrariedad en la asignación de plazas” y “puestos directivos”, y establecer procedimientos de “ingreso, promoción y reconocimiento” a los profesores. Todo eso suena aceptable, pero lo real es que utilizan la evaluación como instrumento de sumisión; al imponer la lógica burocrático-empresarial (de mando-obediencia) en el espacio educativo, donde debe imperar el diálogo, la lógica racional, la persuasión y procedimientos argumentativos. Con tales procedimientos no puede haber un verdadero cambio educativo; es la misma lógica impositiva que ha prevalecido desde siempre, tanto en la esfera sindical en complicidad con autoridades, donde solo interesa el control, sin importar la activación y el despliegue de las potencias humanas. Y ¿dónde quedó aquello del pensamiento crítico, al que alude la pedagogía?... bueno… ¡“eso quizá esté bien para los discursos, no para la vida real en la educación”! Categóricamente podemos afirmar que no puede haber ningún cambio en la educación sin democratizar la vida diaria en los espacios educativos. Cuando aludimos a la democracia en los espacios educativos, no nos referimos a los simples mecanismos habituales de mayoría (comunes en la política), sino al diálogo, al ejercicio de la razón, a la cientificidad, la construcción de sentido, la práctica de los consensos, al desarrollo de la capacidad de construir futuros y a todos aquellos procedimientos que potencien las capacidades creativas de los seres humanos. ¡Cuán lejos está la reforma de tales procedimientos! Tampoco se le puede considerar como paso preliminar en pos de esa dirección. A Guevara Niebla tampoco le interesa hacer propuestas que vayan más lejos de la discursividad gubernamental; solamente es un operador que se pliega a la postura oficial. Hasta el empresario Harp Helú es más sensato, al proponer “diálogo” y exhortar... “al gobierno, al magisterio y a todos los organismos e instituciones involucrados a llegar a acuerdos… y no caer en la violencia… ni afectar el tejido social”. Cuando se refiere a la violencia, es de suponer que alude al gobierno, pues es el que ha reprimido, encarcelado y asesinado maestros por el hecho de solicitar ese diálogo. En cambio, Guevara Niebla ve actos de violencia en las acciones (marchas y manifestaciones) de los profesores, en ningún momento condena la prisión, el asesinato de docentes, victimados por autoridades. La calidad educativa no es consecuencia simple de la evaluación, tampoco es resultado solamente de las capacidades de los profesores, sino es algo más complejo que requiere una orquestación del conjunto de voluntades sociales (nivel de vida familiar, desarrollo cultural económico, etc.). El autor es catedrático de la UPN campus Mexicali.
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