Punto Norte
“Se pueden decir las cosas más claramente: hemos caído en un nuevo periodo de guerra fría" Dimitri Medvedev, primer ministro ruso En “El banquete”, Platón cuenta que en el principio la naturaleza humana era distinta. Según el filósofo, en el comienzo de los tiempos, el hombre y la mujer estaban unidos en un mismo ser. Sus cuerpos eran robustos y vigorosos, y sus ánimos esforzados, por lo que decidieron subir hasta el cielo para combatir a los dioses. Pero los dioses no perdonaron la soberbia de los humanos y, para castigar su insolencia, Júpiter los separó en dos para debilitarlos y, una vez realizada la división, cada mitad empezó a vagar por el mundo con la esperanza de encontrar la parte perdida. Cuando las mitades se encontraban, se abrazaban y se unían ardientemente en su ansia de volver a ser la unidad anterior, tanto que morían de hambre en ese abrazo y ninguna quería hacer nada sin la otra. Si una mitad moría, la que sobrevivía buscaba otra y, cuando la encontraba, se unía candorosa a su media naranja. Esa es la definición del amor para Platón: La búsqueda incesante, el deseo ferviente de encontrar la mitad perdida de nosotros mismos. Los enamorados admiten que cada uno tiene, en algún lugar del espacio, su otra mitad con la que alguna vez formó un solo cuerpo en el inicio del cosmos. El mito de “El banquete” es recreado por Milán Kundera en “La insoportable levedad del ser”, escrito en los años 80 del siglo pasado. Una historia de amor con todos sus accesorios, matizada con los principios contradictorios de luz-oscuridad, peso-levedad, calor-frío, ser y no ser… Kundera teje la trama del amor, los celos, la infidelidad, el desamor, el sexo, la traición, las debilidades humanas; los ángulos cortantes del triángulo amoroso, las obsesiones y el deseo, que chocan con el poder secreto de las palabra “compasión”, un término que produce desconfianza porque, en apariencia, nada tiene que ver con el amor, cuando en realidad es su esencia. La compasión es un sentimiento perdido que significa vivir con otro en su desgracia, pero también sentir la alegría del otro, su angustia, su felicidad y su dolor. Para Kundera el amor es el sentimiento de compadecerse del otro, una emoción que transforma a los hombres para siempre, como la compasión que sintieron los faraones cuando rescataron a Moisés de las aguas del Nilo. El libro de Kundera es una dura crítica a la Europa totalitaria del Este, sumida en la guerra fría, a la intervención aplastante del Estado soviético, que se apropió de todos los detalles de la vida privada de los checos, que acosó la libertad de los individuos y los obligó a huir en un territorio sin salida; que enfrentó a los invadidos con el invasor, en una lucha desigual, que tornó más insoportable la levedad del amor y el peso del desamor. Hay quienes no están de acuerdo con el sentimiento del amor, que mueve al mundo, pero es mil veces preferible a su opuesto: El odio, el rencor y la violencia, en los que está sumida una gran parte del mundo, que ha entrado en una nueva guerra fría, con sus sombrías consecuencias para la humanidad. Refilón: La equidad de género provoca lagrimitas… La sencillez del Papa: Contrasta con la actitud de la mayoría de los obispos mexicanos. Aguas con el SAT: Comenzó a cruzar cuentas con Estados Unidos… *El autor es columnista y periodista local, comentarista editorial.
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