Exégesis

Desde el Hospital de la Familia.- En circunstancias normales esta colaboración empezaría haciendo un planteamiento de lo que significa romper el principio maderista del antirreeleccionismo, sin embargo en esta ocasión por circunstancias especiales (sufrí una fractura de la tibia y estoy a punto de ser operado en un sanatorio) quiero iniciar mi colaboración dando gracias a Dios por la esposa que me mandó y mis hijos a quienes amo tanto y que no han dejado de preocuparse por mi salud. Es en estos momentos cruciales en los que el hombre y la mujer reflexionamos sobre lo afortunados que somos al tener una familia, hecho que no aquilatamos porque el tener seres que nos amen, se llega a aceptar como una situación normal, casi cotidiana. Doy gracias a Dios por ellos, por Tere, mi compañera de cincuenta años, mis hijos, mis nietos, mis yernos, mis nueras y por ustedes amables lectores, a quienes dedicamos nuestro esfuerzo miércoles, tras miércoles, tras miércoles, sometiendo a su consideración nuestro pensamiento, con el que se puede estar de acuerdo o en desacuerdo, pero lleva la intención de poner frente a usted sucesos que pueden ser atentatorios contra la convivencia nuestra, buscando que entre todos encontremos formulas para el respeto mutuo, la tranquilidad, la paz, el bien estad y la dignidad, que es muchas veces vulnerada por otros sujetos, si así podríamos llamarle, y a los que combatimos enérgica pero respetuosamente y que por desgracia ostentan poder económico, poder político, poder delincuencial, poder armado, poder religioso, generando ese clima de lucha interna que vivimos, que ya parece chispazos de un levantamiento armado y que los políticos de todos los partidos, de izquierda o de derecha, parecen ignorar. En Inglaterra, existe un régimen parlamentario, la cámara de los comunes (que son el equivalente a nuestros diputados), son electos por la sociedad inglesa y cada vez que se disuelve el parlamento, tienen la obligación de ir a solicitar el voto casa por casa. Lo anterior tiene importancia porque es en el seno de la cámara de los comunes y salido de ésta donde se designa al gabinete que encabeza el Primer Ministro, quien a su vez encabeza el gobierno de la Gran Bretaña, y gobernará hasta que la misma cámara de los comunes decida removerlos. En México en cambio, tenemos diputados que son electos por su mismo partido para ser candidatos y otros (Los llamados de mayoría) salen a las calles a buscar el voto, pero la candidatura la lograron gracias a grupos de amigos o las directivas de los partidos, sin méritos suficientes para representar a la ciudadanía. Partidos que son organizaciones políticas gobernadas por grupúsculos y familias que se han entronizado en el poder, olvidándose de los que votan creyendo estar participando en una democracia. No somos contrarios a la reelección, creemos en su operación y profesionalización de nuestros legisladores, hecho que hasta la fecha no hemos podido apreciar. Hace unos días en forma honorífica y gratuita, un grupo de jóvenes profesionistas se dio a la tarea de organizar una serie de exposiciones respecto a diversas materias que tienen que ver con el quehacer legislativo; los académicos invitados, vimos con tristeza que los señores diputados no asistieron, aunque el curso lo salvó la presencia de jóvenes profesionistas que se desempeñan como personal técnico de esta Legislatura. Con estas consideraciones pregunto y me pregunto: ¿Es conveniente la reelección en México? *El autor es abogado y catedrático de la UABC.