Peras al olmo
Confieso humildemente, acorde con el tema de esta columna, que a pesar de lo mucho que he leído, ignoraba la inmensa dimensión del significado de la palabra “Sencillez”, hasta que leí el 6 de octubre (2013), en la página denominada “Familia”, de este diario, el interesante artículo con ese nombre “Sencillez”, cuyo autor, lamentablemente, no se consigna. Me llamó la atención porque varios de mis biógrafos y personas amigas que se refieren a mi persona, suelen decir que soy sencillo o humilde (palabras sinónimas), y yo, al agradecerles tal distinción, pienso que en mí no es ningún mérito, serlo: porque así nací: de cuna humilde y he tratado siempre ser fiel a mi origen. Pero volvamos a la importancia del término, que en el artículo aludido se describe con profundidad: Al título “Sencillez”, le sigue el texto siguiente: “La grandeza de las personas se mide por su sencillez y humildad”. Ilustra luego sobre el tema, expresando: “La sencillez y la humildad son las virtudes por las cuales tomamos conciencia de nuestras imperfecciones y debilidades, aceptándolas”. Define al vocablo como la virtud que nos permite darnos a conocer como realmente somos. Una persona sencilla, dice, “trata de escuchar y atender a los demás”. Expresa, por último, entre otras cosas interesantes, cómo se cultiva la sencillez: “en el modo de hablar, de vestir y de actuar. Escuchar con simpatía a los demás. Saber pedir perdón al que se ha ofendido; y apreciar cualidades de los demás”. Lo anterior, espigado del interesante artículo que me ocupa, se me ocurrió transcribirlo, después de leer el amable trato que me da en su leída columna “Palabra por palabra”, mi amigo y compañero de página, Miguel Ángel Lino, el 8 de octubre (2013), de la que espigaré a continuación, conceptos que para mí son importantes y los agradezco. La columna la tituló “Bardo” y, desde luego, explica ampliamente el significado de este vocablo, como acostumbra. La escribió mi dilecto amigo para referirse al emotivo homenaje que me rindió el Ceart el 4 de octubre (2013), el que reseña con expresiones laudatorias para mí, que agradezco profundamente. Al leer el interesante y bello escrito que me dedicó, medité sobre el tino y acierto que tuvo mi también amiga, para variar, y hermana, como Lino, en este hermoso oficio de las letras: Norma Bustamante, directora del Ceart, al asignar a las personas, todas amigas (¿Quiénes no lo son?), que hablaron de mi obra realizada y lo hicieron estupendamente bien; como actuaron todos los artistas participantes. Sobre los primeros, expresa el autor del artículo de referencia, en elegante y exacta frase, que los tres (que cita), dijeron de mí lo que de mí “tenían que decir”: (que soy, dice): “generoso, virtuoso y ejemplar”. Gracias por expresar que soy así; extensivo mi agradecimiento a mi amigo Miguel Ángel (singular y famoso nombre), que al titularse y dirigirse a personas, expresando sólo su nombre de pila, es común en este bello Mexicali y es signo de confianza y amistad, como tú has dicho, al referirte a mí; por mi nombre (Valdemar), que en voz de mis amigos tiene arpegios de sonidos musicales por expresar en tu columna de referencia, que la escribiste, “contagiado” por lo que, según tú, “irradio: emoción y sencillez”. Tu bella frase me remitió a volver a leer el artículo al que aludo al principio, que explica la importancia semántica de este término: “Sencillez”. Y a la lectura de libros y artículos, en los que sus autores me dan ese hermoso trato, diciendo que soy sencillo, amable y generoso. Así me ven mis amigos y se los agradezco. Al volver a leer un libro de los que citas en tu artículo: “La Poesía Manda”, editado por el ICBC, en mi honor, constaté lo anterior; pues dicha obra contiene artículos y opiniones de periodistas y escritores que han escrito sobre mi persona, dándome ese trato: de amigo afable y sencillo: adjetivos que también me adjudica Gabriel Trujillo (mi biógrafo que mejor conoce mí obra y trayectoria, que expresa en su más reciente Autobiografía; al señalar que me conoció en 1982, expresa: “Valdemar Jiménez Solís era: un hombre alto y circunspecto. Afable y tímido a la vez”. La timidez, al considerarla una de mis limitaciones, he luchado siempre por vencerla, con algo de éxito. Continuaré con este tema. Correo electrónico: valdemar_vjs@hotmail.com *El autor es escritor.
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