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Mientras Apple trabaja en la nueva Siri que será la más inteligente de la historia, en China tiene una estrategia diferente que consiste en callar y “hacerse la tonta”

Paradójicamente, la Siri más avanzada de la historia no será solo la que tenga más datos o modelos más grandes, sino la que domine el arte de callar cuando el contexto político así lo exige; en China, la inteligencia artificial no solo debe ser inteligente, también debe ser obediente.

Mientras Apple trabaja en la nueva Siri que será la más inteligente de la historia, en China tiene una estrategia diferente que consiste en callar y “hacerse la tonta”

La nueva etapa de Siri y de Apple Intelligence avanza en 2025 como uno de los proyectos tecnológicos más ambiciosos de Apple.

Mientras la compañía trabaja para que su asistente sea más preciso, contextual y potente en el resto del mundo, en China enfrenta un desafío distinto y mucho más complejo: lograr que la inteligencia artificial sepa cuándo no responder.

No se trata de una mejora técnica, sino de cumplir con un estricto examen político impuesto por el gobierno chino, condición indispensable para que Apple pueda activar sus funciones de IA en ese mercado.

La información fue revelada por The Wall Street Journal, a partir de fuentes cercanas al proceso regulatorio que enfrentan las grandes tecnológicas en China.

Un examen oficial que no mide inteligencia, sino obediencia

Para que Apple Intelligence funcione en iPhones dentro de China, los modelos de IA deben aprobar una prueba oficial diseñada por autoridades del país.

El examen consiste en una batería de alrededor de 2,000 preguntas cuyo objetivo no es evaluar capacidad de respuesta, sino verificar el grado de autocensura del sistema.

De acuerdo con el reporte, la IA debe negarse a responder al menos al 95% de esas preguntas. Si el sistema ofrece respuestas consideradas “sensibles” en más del 5% de los casos, reprueba y queda bloqueado su despliegue en el país.

En términos prácticos, saber demasiado —o decirlo— significa suspender.

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Tomada de la red

Temas prohibidos y preguntas diseñadas como trampas

Las preguntas buscan provocar a la IA en dos grandes áreas que el gobierno chino considera de alto riesgo: la subversión del poder del Estado y la discriminación. En ese contexto, se incluyen referencias a episodios históricos y temas políticos que forman parte de los llamados “asuntos sensibles”.

Aunque el listado completo es confidencial, las fuentes señalan que aparecen menciones a Tiananmen, Taiwán, Xinjiang y cuestionamientos sobre la legitimidad del Partido Comunista.

Incluso algunas referencias culturales o satíricas, que en otros países pasarían inadvertidas, entran dentro del radar regulatorio.

No basta con aprobar una vez: la prueba se repite cada mes

Uno de los mayores retos para los ingenieros de Apple es que el examen no es único. El banco de preguntas se actualiza al menos una vez al mes, lo que obliga a la empresa a revisar y reajustar constantemente los filtros de censura de Siri.

Esto convierte el lanzamiento de Apple Intelligence en China en un proceso continuo, sin una meta definitiva. Aprobar hoy no garantiza aprobar mañana.

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Una industria dedicada a entrenar a las IA para fallar

Ante la complejidad del sistema, ha surgido un mercado especializado en preparar modelos de inteligencia artificial para “equivocarse” de forma controlada.

Estas agencias someten a las IA a simulaciones intensivas con preguntas similares a las del examen oficial, con el fin de asegurarse de que el sistema aprenda a negarse a responder en los casos correctos.

El objetivo no es mejorar el conocimiento, sino perfeccionar el silencio.

Saber todo, pero no decirlo: la paradoja que impone China

El gobierno chino exige que las IA sean competitivas y avanzadas, lo que implica entrenarlas con grandes volúmenes de información global, incluida la que proviene de sitios occidentales bloqueados dentro del país. Sin embargo, al mismo tiempo prohíbe que esa información llegue al usuario final.

En la práctica, las empresas deben asumir toda la responsabilidad del filtrado. La IA debe “conocer” los datos para funcionar bien, pero ocultarlos al responder.

La alianza obligada con Alibaba

Para cumplir con estas reglas, Apple habría optado por asociarse con Alibaba como socio local en China, dejando fuera a compañías occidentales como OpenAI y Google.

La estrategia permitiría a Apple apoyarse en una infraestructura de IA ya alineada con los requisitos regulatorios chinos, mientras Siri mantiene su interfaz y presencia de marca.

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Dos realidades para una misma Siri

Mientras en el resto del mundo Apple trabaja desde Apple Park para que Siri comprenda mejor a los usuarios y responda con mayor precisión, en China la prioridad es opuesta: que el asistente sepa exactamente cuándo decir “no puedo responder a eso”.

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Paradójicamente, la Siri más avanzada de la historia no será solo la que tenga más datos o modelos más grandes, sino la que domine el arte de callar cuando el contexto político así lo exige.

En China, la inteligencia artificial no solo debe ser inteligente, también debe ser obediente.

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