En 2026 uno de cada de diez niños enfrentará violencia, hambre y desplazamiento: Unicef advierte que más de 200 millones de infantes requerirá apoyo humanitario el próximo año

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó este jueves que uno de cada diez niños en el mundo necesitará ayuda humanitaria durante el próximo año, una situación que describió como que los menores “viven el infierno en la tierra”, especialmente en regiones como Sudán y la Franja de Gaza.

De acuerdo con la organización, esta cifra equivale a toda la población de España, Alemania y Reino Unido juntos, y corresponde a más de 200 millones de niños y niñas que requerirán asistencia humanitaria en 2026.

“Sudán, Gaza y Afganistán representan las peores emergencias para la infancia y las que precisarán más fondos durante el próximo año”, señaló Unicef, de acuerdo con La Jornada.

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Violencia, hambre y desplazamiento forzado

El director ejecutivo de Unicef España, José María Vera, advirtió que millones de menores enfrentan condiciones extremas de supervivencia.

“Son más de 200 millones de niños y niñas los que resisten en medio de la violencia, el hambre, las crisis climáticas y el colapso de los servicios esenciales. No tienen comida que llevarse a la boca, no pueden ir a la escuela desde hace meses, se ven obligados a huir de sus casas con lo puesto o son asesinados, mutilados, violados, explotados”, declaró.

Unicef explicó que los niños en crisis viven en zonas donde los conflictos armados, la inestabilidad política y la pobreza extrema han destruido servicios básicos como salud, educación y acceso a agua potable.

Emergencias que golpean con mayor fuerza a la infancia

La organización identificó a Sudán, Gaza y Afganistán como las emergencias humanitarias más graves para la infancia, debido a la combinación de violencia, desplazamientos forzados y carencias alimentarias.

En estos territorios, los menores no solo padecen falta de alimentos y atención médica, sino también la interrupción prolongada de su educación y la exposición constante a situaciones traumáticas, con efectos duraderos en su desarrollo físico y emocional.

Crisis climática agrava la situación

Unicef subrayó que la infancia en crisis enfrenta múltiples amenazas al mismo tiempo. A la violencia se suman el hambre, los fenómenos extremos derivados del cambio climático y el colapso de los sistemas públicos.

Sequías, inundaciones y otros eventos climáticos extremos han incrementado la inseguridad alimentaria y obligado a comunidades enteras a desplazarse, dejando a los niños como el grupo más vulnerable.

Recortes de financiamiento y decisiones difíciles

La organización alertó que los recortes de financiamiento están obligando a las agencias humanitarias a tomar decisiones imposibles, como priorizar la ayuda a niños de unas regiones sobre otras o reducir la frecuencia de los suministros y servicios.

México

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Unicef advirtió que estas limitaciones amenazan con revertir avances logrados en décadas recientes, especialmente en vacunación, salud infantil y acceso a la educación.

Infancias marcadas por conflictos prolongados

En muchos países, los conflictos se han extendido durante años, lo que significa que millones de niños crecen sin conocer otra realidad que la violencia. Algunos llevan meses o años sin asistir a la escuela, mientras otros han perdido a familiares o han sido separados de sus comunidades.

Unicef alertó que la normalización de estas condiciones puede generar una generación marcada por el trauma, la falta de oportunidades y la exclusión social, con consecuencias globales a largo plazo.

Llamado urgente a la comunidad internacional

La organización hizo un llamado urgente a la acción internacional, al señalar que atender esta crisis requiere más financiamiento humanitario, pero también soluciones políticas que pongan fin a los conflictos, fortalezcan los servicios públicos y protejan los derechos de la infancia.

Para Unicef, invertir en los niños no solo es un acto de solidaridad, sino una medida clave para garantizar estabilidad y desarrollo futuro.

La advertencia es clara: proteger a los niños hoy es proteger el futuro del mundo, y la magnitud de la crisis exige una respuesta inmediata y coordinada.

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