Trump afirma haber creado la “frontera más fuerte” de EEUU y ataca a Biden en discurso a la nación: “Heredamos la peor frontera en cualquier lugar del mundo”

El presidente Donald Trump dirigió un discurso a la nación este miércoles desde la Casa Blanca.

Desde el inicio, su mensaje estuvo marcado por un claro contraste con su predecesor: Trump atribuyó al expresidente Joe Biden el estado del país que heredó al asumir su segundo mandato y enumeró una larga lista de quejas sobre esa administración.

Entre los puntos centrales destacó el tema de la frontera sur, a la que describió como “abierta” anteriormente, así como acuerdos comerciales desfavorables y un gobierno federal que calificó de “enfermo y corrupto”.

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El discurso sirvió para que Trump presentara su propio balance, casi un año después de regresar al poder.

El eje central: la gestión de la frontera con México

Trump abrió su intervención destacando los esfuerzos de su administración para reducir la migración irregular.

Afirmó que, bajo su mandato, se ha logrado un control fronterizo sin precedentes:

Durante los últimos siete meses, cero inmigrantes ilegales han sido admitidos en nuestro país, una hazaña que todos decían que era absolutamente imposible”, declaró Trump desde el Salón Este de la Casa Blanca.

Dirigiéndose directamente a su antecesor, cuestionó: “¿Recuerdan cuando Joe Biden decía que necesitaba que el Congreso aprobara una legislación para ayudar a cerrar la frontera?”.

Y concluyó:

Resultó que no necesitábamos legislación. Solo necesitábamos un nuevo presidente. Heredamos la peor frontera en cualquier lugar del mundo, y rápidamente la convertimos en la frontera más fuerte en la historia de nuestro país”.

El contexto y la tendencia en los cruces fronterizos

Funcionarios de Trump han destacado repetidamente la disminución dramática en los cruces fronterizos. Esta tendencia comenzó en 2024, después de que el expresidente Biden implementara restricciones agresivas al asilo en la frontera entre Estados Unidos y México durante el verano de ese año.

Las bajas cifras de aprehensiones representan una diferencia notable con respecto a los primeros años de la administración Biden, cuando en ciertos momentos cruzaban cientos de personas diariamente hacia Estados Unidos.

Cabe destacar que, según CNN, una encuesta de Quinnipiac publicada esta semana señala que el 54% de los votantes registrados desaprueba el manejo de Trump de los temas de inmigración, mientras que un 44% lo aprueba.

Un enfoque diferente: las deportaciones y el control en el interior

A diferencia de su primer mandato, la estrategia de inmigración de Trump en este periodo se ha centrado en gran medida en el interior del país. Su administración ha incrementado los arrestos de inmigrantes indocumentados que residen en Estados Unidos y ha aumentado las deportaciones.

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El Departamento de Seguridad Nacional anunció este mes que se han llevado a cabo más de 605,000 deportaciones desde que Trump asumió el cargo en enero. Este enfoque complementa las medidas en la frontera física.

El tono general y otras afirmaciones del discurso

Trump pintó un panorama sombrío de los cuatro años previos a su regreso. Afirmó:

Durante los últimos cuatro años, Estados Unidos fue gobernado por políticos que lucharon solo por los de adentro, los inmigrantes ilegales, los criminales profesionales, los cabilderos corporativos, los prisioneros, los terroristas y, sobre todo, por naciones extranjeras que se aprovecharon de nosotros a niveles nunca vistos antes”.

En contraste, dijo que, tras su regreso, “en unos pocos meses, pasamos de lo peor a lo mejor”.

El presidente también repitió una afirmación que ha sido cuestionada: “He restaurado la fuerza estadounidense, he solucionado ocho guerras en 10 meses”.

Analistas y reportes de verificación de datos han señalado que la cifra de “ocho guerras” es una exageración, ya que incluye conflictos que no eran guerras declaradas o cuyos cese de hostilidades ha sido temporal o parcial.

El trasfondo político: Biden como figura omnipresente

Casi un año después de comenzar su segundo mandato, la figura del expresidente Joe Biden sigue siendo un punto de referencia constante para Trump. El discurso de este miércoles es un ejemplo de ello.

Trump estructuró gran parte de su mensaje alrededor de la comparación, presentándose a sí mismo como el corrector de los problemas que, según él, heredó. Este marco narrativo de “heredé un desastre y lo estoy arreglando” se espera que sea un pilar central de su retórica de cara al futuro político inmediato.

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