Crisis en el Congo: Acusaciones contra Ruanda ponen en jaque acuerdo de paz mediado por EEUU; rebeldes del grupo M23 capturan una ciudad clave y desplazan a más de 200,000 personas
Captura de Uvira, desplazamiento masivo y riesgo de guerra regional en el este de la República Democrática del Congo.

Un renovado y letal avance rebelde en el este de la República Democrática del Congo ha desatado una grave crisis diplomática y humanitaria, poniendo en riesgo un acuerdo de paz firmado apenas la semana pasada bajo mediación estadounidense.
De acuerdo con The Associated Press, Estados Unidos acusó formalmente a Ruanda de violar dicho pacto al respaldar a los rebeldes del grupo M23, cuyo último asalto ha dejado cientos de muertos, desplazado a unas 200,000 personas y acercado el conflicto a la frontera con Burundi.
La advertencia de Washington fue clara: tomará medidas contra quienes saboteen la paz. Esta escalada amenaza con desestabilizar aún más una región ya de por sí fracturada por décadas de violencia y la lucha por el control de minerales críticos.
El acuerdo roto y la advertencia de Washington
La semana pasada, los presidentes del Congo y Ruanda firmaron en Washington un acuerdo para desescalar la violencia. Sin embargo, este pacto no incluyó directamente al grupo rebelde M23. El compromiso clave para Ruanda era cesar su apoyo a grupos armados como este.
El avance relámpago del M23, que capturó la ciudad portuaria estratégica de Uvira, demostró para Estados Unidos y el Congo una flagrante violación.
El embajador estadounidense ante la ONU, Mike Waltz, expresó la “profunda preocupación y enorme decepción” de su gobierno. Sus palabras fueron directas: “Ruanda está liderando a la región hacia una mayor inestabilidad y guerra”.
Waltz advirtió que utilizarán “las herramientas a su disposición para hacer rendir cuentas a los saboteadores de la paz” y llamó a Ruanda a respetar el derecho del Congo a defender su territorio.
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La captura de Uvira y el temor a una guerra regional
La caída de Uvira es un punto de inflexión militar. Esta ciudad, en la ribera norte del lago Tanganica y frente a la mayor ciudad de Burundi, Bujumbura, era el último bastión gubernamental importante en la provincia de Kivu Sur. Su control permite al M23 consolidar un corredor de influencia en el este del Congo.
Este avance ha llevado el conflicto literalmente a la puerta de Burundi. Ya se reportan civiles congoleños cruzando la frontera y proyectiles cayendo en territorio burundés, específicamente en la localidad de Rugombo.
La presencia de tropas de Burundi apoyando al ejército congoleño, invitadas por Kinshasa, eleva el riesgo de una confrontación directa entre naciones y un conflicto regional más amplio.
Las acusaciones cruzadas y el trasfondo histórico
La ministra de Relaciones Exteriores del Congo, Thérèse Kayikwamba Wagner, acusó a Ruanda de pisotear el acuerdo que traía “esperanza de un punto de inflexión histórico”.
Ruanda, por su parte, negó respaldar al M23. Su embajador, Karoli Martin Ngoga, acusó al Congo de romper repetidamente el cese al fuego y de apoyar a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), un grupo de origen hutu que, según Rwanda, “amenaza la misma existencia de Ruanda y su pueblo”. Este argumento se enraíza en el genocidio de 1994, tras el cual millones de hutus huyeron al este del Congo, creando un ciclo de inseguridad y recriminaciones que perdura hasta hoy.
Los intereses estratégicos: minerales y alianzas
El este del Congo es rico en minerales críticos como el cobalto y el coltán, esenciales para la tecnología moderna. Washington ha mostrado interés en la región como alternativa a China para el suministro de estas materias primas.
La propia ministra Wagner vinculó el futuro de los acuerdos económicos con Estados Unidos a la estabilidad:
Hemos dicho a nuestros socios americanos que no podemos vislumbrar ningún camino hacia una prosperidad económica compartida sin paz”.
Aclaró que la asociación económica, aún en etapa temprana, busca ser “una asociación en la que todos ganen... mucho más allá del único tema de los minerales y su transferencia”. La estabilidad es, por tanto, no solo una necesidad humanitaria, sino una condición para cualquier desarrollo económico futuro.
Una crisis humanitaria en expansión
Este conflicto es solo la punta de lanza de una crisis masiva. En el este del Congo operan más de 100 grupos armados. La violencia ha desplazado a más de 7 millones de personas, creando una de las emergencias humanitarias más graves del mundo.
El actual avance del M23 ha agregado, según autoridades regionales, más de 400 civiles muertos y 200,000 desplazados a esa cifra abrumadora.
El llamado de Estados Unidos a todas las partes es a la moderación. Sin embargo, con acusaciones tan profundas, tropas extranjeras en suelo congoleño y un acuerdo de paz recién fracturado, el camino hacia la desescalada parece más complejo que nunca.
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