Sin acuerdo en Ginebra sobre tratado global contra la contaminación por plásticos
Concluyen en Ginebra negociaciones en la ONU sin acuerdo para un tratado global contra la contaminación por plásticos

GINEBRA — Las negociaciones para alcanzar el primer tratado legalmente vinculante del mundo contra la contaminación por plásticos terminaron sin consenso este viernes, tras diez días de discusiones en la sede de Naciones Unidas.
Diplomáticos y delegados expresaron su frustración por la falta de avances, mientras crece la incertidumbre sobre el futuro del proceso.
El presidente de las conversaciones, el ecuatoriano Luis Vayas Valdivieso, suspendió la sesión prometiendo reanudarla en fecha aún por definir. La ministra de Ecología de Francia, Agnès Pannier-Runacher, dijo estar “furiosa” por la ausencia de resultados tangibles, mientras que el delegado colombiano Haendel Rodríguez acusó a “un pequeño número de Estados” de bloquear el acuerdo.
Te puede interesar: Guerra en Ucrania: drones y aviones rusos en pleno encuentro Trump-Putin
Divisiones en el debate

Los países defensores de un tratado ambicioso, entre ellos miembros de la Unión Europea y pequeños Estados insulares, impulsaban medidas para limitar la producción de plástico virgen derivado de combustibles fósiles. En el otro extremo, productores de petroquímicos y Estados Unidos —presidido por Donald Trump— se oponían a esas restricciones.
Entre los temas más polémicos figuran la reducción de producción, la gestión de productos y sustancias químicas peligrosas, y la financiación para que países en desarrollo implementen el tratado.
El Tratado de Ginebra
El llamado Tratado de Ginebra contra la contaminación por plásticos se enmarca en los esfuerzos multilaterales para crear un acuerdo con carácter vinculante que obligue a los países a reducir la generación de plásticos y mitigar sus impactos en el medio ambiente y la salud humana.
Este tipo de instrumentos se negocian bajo el amparo de la ONU y, una vez adoptados, requieren ratificación nacional para tener fuerza legal interna.
Aunque aún no existe un texto final, el objetivo es que el tratado establezca reglas claras sobre producción, consumo y reciclaje, siguiendo la línea de otros acuerdos ambientales históricos como el Protocolo de Montreal o el Acuerdo de París, pero enfocado exclusivamente en plásticos.
El problema de los microplásticos

Uno de los puntos que más preocupa a la comunidad científica y a los defensores del tratado es la proliferación de microplásticos. Estas diminutas partículas, de menos de 5 milímetros de diámetro, se generan tanto por la descomposición de objetos plásticos más grandes como por productos fabricados directamente en ese tamaño, como microesferas usadas en cosméticos o abrasivos industriales.
Estudios han detectado microplásticos en océanos, ríos, suelos e incluso en el aire. Más alarmante aún, se han hallado en organismos marinos, alimentos y agua potable, así como en tejidos humanos, lo que plantea interrogantes sobre sus efectos en la salud. Reducir la producción de plástico virgen y mejorar su gestión es clave para frenar su dispersión.
Futuro incierto

Algunos países, como Reino Unido, respaldan continuar las conversaciones, pero otros, como Sudáfrica, han señalado que “el proceso actual no va a funcionar” si no se replantea la negociación.
El estancamiento en Ginebra plantea dudas sobre si será posible alcanzar un acuerdo antes de que la contaminación plástica, y con ella los microplásticos, alcancen niveles irreversibles.
Te podría interesar: Donald Trump impondrá nuevos aranceles a importaciones de acero y semiconductores con incrementos escalonados, busca impulsar la producción en Estados Unidos
Sigue nuestro canal de WhatsApp
Recibe las noticias más importantes del día. Da click aquí