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Muere en prisión padre de Arizona que quemó viva a su hija de 2 años

Grell se convirtió en uno de los más de 140 reclusos en el país cuya pena de muerte fue anulada por temas de salud mental.

Muere en prisión padre de Arizona que quemó viva a su hija de 2 años

PHOENIX, Arizona.- El asesino confeso Shawn Ryan Grell, quien en 1999 prendió fuego a su hija de 2 años mientras dormía en un paraje desértico, murió en prisión a los 50 años, más de dos décadas después del crimen, informó el New York Post.

Grell fue hallado sin vida el pasado 19 de abril en el Complejo Penitenciario de Arizona, en Tucson, según confirmaron las autoridades estatales. La causa de la muerte no fue revelada, pero el Departamento de Correcciones, Rehabilitación y Reingreso de Arizona aseguró que “todas las muertes de reclusos son investigadas en consulta con la oficina del médico forense del condado”.

La Oficina del Médico Forense del Condado de Pima no ha hecho comentarios públicos hasta el momento.

Un crimen sin sentido

El 2 de diciembre de 1999, Grell recogió a su hija Kristen Salem, de apenas 2 años, en una guardería de la ciudad de Mesa, Arizona. Le dijo que irían a ver las luces de Navidad. En su lugar, la llevó a un McDonald’s, luego a una tienda Target donde compró una lata de gasolina y combustible, y posteriormente la condujo hasta una zona remota del desierto.

Según registros judiciales, Grell acostó a la pequeña dormida en el suelo, la roció con gasolina y le prendió fuego. Kristen despertó en llamas, caminó algunos metros y cayó al suelo.

Después del crimen, Grell fue a una tienda cercana a comprar cerveza, donde inventó que había visto a unos adolescentes prenderle fuego a un perro. Más tarde se entregó a la policía, confesó los hechos ante la prensa y declaró con frialdad:

Tomé la gasolina y se la eché encima. Tomé la cerilla y se la tiré”, dijo sin mostrar emoción.

El crimen fue calificado por el tribunal como “especialmente atroz, cruel y depravado”. En 2000, Grell fue condenado a pena de muerte por asesinato en primer grado.

Pena de muerte revocada por discapacidad intelectual

En 2013, la Corte Suprema de Arizona revocó la condena a muerte de Grell tras determinar que se trataba de un “castigo cruel e inusual”, en virtud del fallo Atkins v. Virginia de la Corte Suprema de Estados Unidos (2002), que prohíbe ejecutar a personas con discapacidades mentales.

Los abogados de Grell argumentaron con éxito que su cliente presentaba deficiencias cognitivas y emocionales significativas, incluyendo un bajo coeficiente intelectual, lo que afectaba su capacidad de juicio y control de impulsos.

A raíz de ese fallo, su sentencia fue conmutada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Grell se convirtió así en uno de los más de 140 reclusos en el país cuya pena de muerte fue anulada por razones similares.

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