Cómo vive la gente en el caluroso Desierto del Sahara

SAHARA.-En un fascinante viaje al corazón del desierto del Sahara, la youtuber Dana Lucía
se adentró en un mundo donde la vida florece en medio de condiciones extremas.

En esta travesía, Lucía fue testigo de la extraordinaria capacidad humana de adaptarse a entornos inhóspitos y hemos conocido de cerca la forma de vida de la gente en esta vasta región.

Desde el amanecer, la influencer se sumergió en la cotidianidad de una familia nómada en el desierto.

Vivió en su hogar, durmió bajo su techo y comió sus tradicionales desayunos. El pan, cocinado en un horno de arena protegido del viento, se infló ante sus ojos, revelando una experiencia culinaria inolvidable.

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¿Cómo es la vida en el desierto del Sahara?

La vida en el desierto es un constante desafío. Los nómadas dependen de sus animales, como los dromedarios y las cabras, para su sustento. A través de la venta de estos animales, adquieren los recursos necesarios para comprar verduras y gas.

La joven descubrió que el valor de un dromedario en el mercado puede alcanzar hasta los 2500 euros, mientras que un dromedario bebé se cotiza en 500 euros. Una prueba del significado económico que estos animales tienen para su estilo de vida.

¿Cómo adquieren agua en el desierto del Sahara?

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El agua, recurso preciado en estas tierras áridas, es obtenida a través de pozos distantes. Los nómadas se mueven cerca de estos oasis temporales, estableciendo sus tiendas donde hay acceso a este vital líquido.

Dana emprendió el camino hacia una de estas familias y fue recibida con una taza de té, símbolo de bienvenida y hospitalidad.

Las tiendas nómadas, confeccionadas con piel de dromedario, no solo resguardan del calor, sino que también proporcionan protección contra la lluvia, aunque esta sea una rareza en la región.

La youtuber admiró su ingenio al mantener fresca el agua en botellas cubiertas por telas, dejando caer agua sobre ellas para generar un efecto de refrigeración natural.

El atardecer en las dunas del Sahara fue un momento mágico que dijo la transportó a un mundo de ensueño.

A lomos de dromedarios, experimentó la sensación de ser parte de un paisaje surrealista. En medio de esta belleza desértica, señaló que reflexionó sobre la capacidad de adaptación del ser humano y cómo logra encontrar la armonía en entornos tan hostiles.

La noche en el desierto indicó que les regaló un cielo estrellado como nunca antes había contemplado.

En esta oscuridad, las estrellas brillaban con intensidad, recordándonos la grandeza y la vastedad del universo. Aunque el cansancio nos ganaba, nos rendimos ante la magnificencia del escenario, conscientes de que estábamos en el lugar perfecto para admirar este espectáculo celestial”, según dijo.