La crisis de la memoria RAM en 2025: cómo la inteligencia artificial frenó el avance de las computadoras personales
El problema es que los grandes modelos de lenguaje (LLM) —como ChatGPT, Copilot, Gemini o DeepSeek— requieren enormes volúmenes de memoria para entrenarse, ajustarse y operar.
Durante décadas, la industria tecnológica asumió que la memoria RAM sería cada vez más rápida, más barata y más abundante. Esa lógica hoy ya no se cumple. En pleno 2025, el mercado enfrenta una escasez histórica de memoria RAM, impulsada directamente por el crecimiento acelerado de la inteligencia artificial (IA) y los grandes modelos de lenguaje.
La consecuencia es visible para cualquier consumidor: computadoras nuevas con solo 8 GB de RAM como configuración base, precios elevados en módulos de memoria y un rendimiento que, en muchos casos, resulta inferior al de equipos de gama media de hace apenas cinco años.
¿Por qué la inteligencia artificial está acaparando la memoria RAM?
La memoria RAM es el espacio donde se cargan el sistema operativo y las aplicaciones que un dispositivo ejecuta en tiempo real. A mayor cantidad de RAM, mayor fluidez para realizar múltiples tareas de forma simultánea.
El problema es que los grandes modelos de lenguaje (LLM) —como ChatGPT, Copilot, Gemini o DeepSeek— requieren enormes volúmenes de memoria para entrenarse, ajustarse y operar. Actualmente, estas plataformas compiten directamente por los mismos recursos de memoria que utilizan millones de computadoras, servidores y dispositivos electrónicos en todo el mundo.
Este fenómeno ha convertido a la RAM en un recurso estratégico, priorizado para centros de datos y desarrollos de IA, en detrimento del mercado de consumo.
El regreso de los 8 GB de RAM: una señal de retroceso tecnológico
De acuerdo con reportes citados por el portal especializado FayerWayer y otros medios tecnológicos, varios fabricantes de notebooks han decidido volver a ofrecer equipos con 8 GB de RAM como configuración base para mantener precios de entrada “competitivos”.
La decisión no responde a criterios técnicos ni de experiencia de usuario, sino a la presión que ejerce la demanda de memoria por parte de la IA sobre la cadena de suministro.
En la práctica, 8 GB ya no son suficientes para el uso cotidiano. Aplicaciones comunes como Chrome, Discord o Spotify consumen una parte considerable de la memoria disponible, lo que genera ralentizaciones desde el primer día de uso.
Computadoras nuevas que rinden peor que las antiguas
La paradoja es evidente: equipos lanzados en 2025 ofrecen un rendimiento inferior al de computadoras de gama media de 2020. Hace una década, 8 GB de RAM permitían una experiencia fluida en casi cualquier tarea. Hoy representan un cuello de botella inmediato, incluso para navegación básica o trabajo ligero.
Mientras tanto, aplicaciones de diseño, edición de video y videojuegos exigen cada vez más memoria, ampliando la brecha entre lo que el software requiere y lo que el hardware accesible puede ofrecer.
De estándar razonable a lujo aspiracional
La evolución del mercado ilustra el problema con claridad:
- 2015: 16 GB de RAM eran costosos, pero alcanzables
- 2020: se consolidaron como el estándar para usuarios exigentes
- 2025: vuelven a sentirse aspiracionales
Actualmente, los kits avanzados de RAM DDR5 alcanzan precios que compiten con tarjetas gráficas de alto rendimiento de Nvidia o AMD, algo impensable hace pocos años.
Impacto directo en gamers y consolas
La crisis de la memoria RAM golpea con fuerza al mercado gamer. En PC, los videojuegos modernos demandan cada vez más memoria, mientras los componentes se encarecen.
En consolas, el escenario tampoco es alentador. Sony y Microsoft anunciaron recientemente aumentos de precio en PlayStation 5 y Xbox Series S/X, plataformas que ya superan los cinco años en el mercado, reflejando el encarecimiento general del hardware.
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¿Cuánto durará la crisis de la RAM?
A mediano y largo plazo, el panorama no apunta a una normalización rápida. Mientras la inteligencia artificial continúe siendo el principal motor de inversión tecnológica, la memoria RAM seguirá siendo un recurso limitado y altamente disputado.
Esto marca una ruptura con el espíritu de la Ley de Moore, que planteaba una reducción de costos y un aumento constante del rendimiento. El avance tecnológico continúa, pero ya no se traduce en democratización, sino en concentración de recursos en quienes pueden pagarlos.
El futuro de la computación personal
La infraestructura que sostiene a la inteligencia artificial está redefiniendo qué tan accesible será la computación personal en las próximas décadas. El progreso existe, pero su costo también.
La pregunta ya no es si la tecnología avanza, sino quién podrá acceder a ella. Y esa factura, advierten analistas, tarde o temprano llegará a los usuarios finales.
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