Niño de seis años pierde tres dedos de la mano por la explosión de una “palomita” en Parral, Chihuahua

PARRA, Chihuahua.- Un lamentable accidente con pirotecnia truncó la tranquilidad de la temporada festiva para una familia de Parral, luego de que un niño de seis años de edad perdiera tres dedos de su mano izquierda al explotarle una “palomita” mientras la manipulaba dentro de su hogar.

De acuerdo con el reporte oficial de la Agencia Estatal de Investigación (AEI), el accidente ocurrió la mañana del viernes 26 de diciembre, alrededor de las 09:30 horas.

La madre del menor relató a los agentes que se encontraba en el interior de su domicilio alimentando a su hija de dos meses, cuando vio que su hijo de seis años llevaba el artefacto pirotécnico en sus manos.

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Una explosión inesperada y sus trágicas consecuencias

Momentos después, un fuerte sonido alertó a la madre, quien descubrió que el artefacto había explotado en la mano del niño.

Ante la gravedad de la situación, solicitó ayuda inmediata a su esposo para trasladar al menor al Hospital General de Parral, donde recibió atención de urgencia por una herida severa con pérdida traumática de los dedos medio, anular y meñique de su mano izquierda.

El personal médico del hospital, siguiendo el protocolo correspondiente para lesiones de posible origen delictivo o negligencia, notificó el caso a las autoridades ministeriales.

Agentes de la AEI se presentaron en el centro hospitalario para entrevistar a los padres y dar formal seguimiento al reporte, abriendo una carpeta de investigación para determinar las circunstancias exactas del hecho.

Tras el accidente, tanto la Agencia Estatal de Investigación como la Fiscalía General del Estado de Chihuahua emitieron un llamado contundente a la población adulta, especialmente en temporada de festividades, para evitar exponer a los menores de edad a productos explosivos como cohetes, “palomitas” y demás pirotecnia.

Las autoridades enfatizaron que estos artefactos, más allá de su apariencia inofensiva o su uso común en celebraciones, representan un peligro real y constante que puede derivar en lesiones permanentes, discapacidad, quemaduras graves e incluso la muerte.

Insistieron en la responsabilidad de los adultos de mantener estos productos fuera del alcance de los niños y en privilegiar celebraciones seguras.

El menor continúa bajo atención médica especializada para su recuperación y tratamiento posterior.