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El sector salud de México generó 1.7 billones de pesos en 2024, pero su crecimiento es limitado ante la fuerte dependencia del trabajo no remunerado en hogares

El INEGI reporta que el PIB del sector salud alcanzó 1.75 billones de pesos, equivalente al 5.2% del PIB nacional, mientras que los hogares aportan 1.12 billones a través de gasto directo y cuidados sin pago.

El sector salud de México generó 1.7 billones de pesos en 2024, pero su crecimiento es limitado ante la fuerte dependencia del trabajo no remunerado en hogares

El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) dio a conocer la radiografía económica del sector salud en México cuyos datos revelan que en 2024 este sector aportó 1.75 billones de pesos a la economía nacional, lo que equivale al 5.2% del Producto Interno Bruto (PIB) total del país.

Sin embargo, al ajustar los precios para medir el crecimiento real, el aumento fue de solo 1.6% respecto a 2023.

Este crecimiento modesto ocurre en un contexto donde la demanda de servicios de salud no deja de aumentar, planteando interrogantes sobre la capacidad del sistema para responder a las necesidades presentes y futuras de la población.

La cuenta, por primera vez, incluye de manera consistente el valor del trabajo no remunerado en cuidados de salud realizado en los hogares, lo que permite una visión más completa del esfuerzo económico que representa mantenerse saludable.

¿De qué está hecho el PIB de la salud? Una desagregación necesaria

Para entender el tamaño del sector, es útil saber cómo se compone. El INEGI divide la contribución total del 5.2% del PIB en dos partes principales:

  • Bienes y servicios de mercado: La producción de hospitales, consultorios, medicamentos y seguros representó el 4.3% del PIB nacional.
  • Trabajo no remunerado en el hogar (TNRS): El valor económico de los cuidados que las familias proporcionan a sus integrantes sin pago alguno —como atención a enfermos o adultos mayores— representó el 0.9% restante.

Al observar el sector salud por sí mismo, las actividades que más aportaron a su valor total fueron:

  1. Servicios hospitalarios: Contribuyeron con el 25.8%.
  2. Consultorios médicos: Representaron el 18.8%.
  3. El trabajo no remunerado en el hogar (TNRS): Equivalió al 18.2%.

Crecimiento y empleo: Las dos caras de la moneda

Los resultados presentan un panorama dual: un sector que genera empleo, pero cuyo crecimiento económico real es bajo y desigual.

  • Crecimiento modesto y dispar: El aumento del 1.6% en 2024 no fue parejo. Los servicios conexos, como comercio de bienes médicos y seguros privados, crecieron un vigoroso 6.9%. En contraste, actividades como centros de cuidados y residencias cayeron un 1.5%.
  • Motor de empleo: El sector salud demostró ser un generador clave de puestos de trabajo. Proveió 2.2 millones de empleos remunerados, que equivalen al 5.4% de todos los trabajos en la economía. La mayoría se concentró, nuevamente, en hospitales (31.5% de los empleos del sector) y consultorios (23.7%).

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¿Quién paga y quién consume los servicios de salud?

El financiamiento y el consumo del sector salud muestran el peso que recae sobre las familias y el gobierno.

  • La oferta total de bienes y servicios de salud disponible en el país fue de 3.2 billones de pesos. De este monto, el 78.1% fue producido en México.
  • El mayor comprador es el Gobierno: El 35.9% de toda la oferta fue adquirida por el sector gobierno en nombre de los hogares, principalmente a través de instituciones públicas como el IMSS o el INSABI.
  • El gasto de bolsillo es alto: Los hogares consumieron directamente el 34.6% de la oferta, lo que refleja un gasto de bolsillo significativo.
  • La carga total de los hogares: Cuando se suma el gasto directo de las familias y el valor de su trabajo no remunerado, la aportación total de los hogares a la salud ascendió a 1.12 billones de pesos. De esto, 800,733 millones fueron erogaciones en efectivo y 318,261 millones correspondieron al valor del trabajo no pagado en cuidados.

Perspectiva económica: Un crecimiento que podría ser insuficiente

El informe del INEGI ofrece datos sólidos para el análisis. Desde una perspectiva económica, un crecimiento real del PIB del sector salud del 1.6% anual puede interpretarse como una señal de contención o de lenta expansión de la capacidad productiva del sector.

Este ritmo de crecimiento debe contrastarse con factores que incrementan la demanda, como el envejecimiento poblacional, la creciente prevalencia de enfermedades crónicas y las expectativas de mayor cobertura y calidad en los servicios.

La pregunta que dejan abierta las cifras es si este crecimiento es suficiente para cerrar las brechas históricas en infraestructura, equipamiento y recursos humanos especializados que enfrenta el sistema de salud mexicano.

La inclusión formal del Trabajo No Remunerado en Cuidados de Salud (TNRS) en la cuenta satélite es un avance fundamental. Pone en evidencia que una parte sustancial del “sistema de salud” nacional descansa de manera invisible sobre el trabajo, mayoritariamente de mujeres, en los hogares. Esto subraya que cualquier política pública orientada a fortalecer el sector debe considerar mecanismos de apoyo y alivio para estas cuidadoras no remuneradas.

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