Ante el crecimiento desacelerado de huachicol en México, se reveló una nueva mega red de robo de gas LP en ductos, aduanas y rutas estatales, y trabajadores petroleros señalaron que, aunque Pemex sabe dónde está la “ordeña”, dejó de atender el problema
El huachicol comenzó a documentarse en el año 2000; desde entonces, ningún gobierno logró revertirlo.

Durante los últimos 25 años, el robo de combustibles se convirtió en una actividad criminal estable en México. A pesar de operativos militares, inversiones tecnológicas y cambios regulatorios, las tomas clandestinas continúan, y el hurto de gas LP surgió como una de las ramas más lucrativas y extendidas.
La información proviene de datos oficiales de Pemex y testimonios difundidos por el diario Reforma.
Hoy, el robo de gas LP no solo afecta ductos y zonas rurales. También involucra redes logísticas, estructuras empresariales, mandos locales e incluso personal relacionado con el sector energético.
La nueva administración federal, con la presidenta Claudia Sheinbaum, recibe un delito sofisticado, diversificado y con zonas críticas que no han dejado de operar.
¿Por qué el robo de gas LP creció tanto? Contexto histórico del huachicol
El huachicol comenzó a documentarse en el año 2000. Desde entonces, ningún gobierno logró revertirlo. El fenómeno pasó de perforaciones manuales en ductos a redes que aprovechan aduanas, terminales, centros logísticos y puntos vulnerables de Pemex.
Aunque el robo de gasolina ha recibido más atención, el de gas LP registró un crecimiento sostenido y preocupante por varias razones:
- Es fácil de transportar en pipas o cilindros.
- Tiene un mercado doméstico masivo.
- Es un insumo indispensable para hogares y negocios.
- Genera ingresos inmediatos para células criminales.
- Involucra menos vigilancia que los grandes oleoductos.
Entre 2019 y 2024, los registros oficiales muestran que el huachicol se diversificó hacia el gas LP de forma acelerada.
El robo de gas LP en cifras: cómo evolucionó
El robo de gas LP muestra una tendencia creciente y sostenida:
- En 2023, se contabilizaron 2 mil 470 perforaciones a gasoductos.
- Entre enero y septiembre de 2025, se registraron 758 piquetes.
- Los ductos afectados son parte de rutas nacionales estratégicas que alimentan gaseras, industrias, comercios y hogares.
Este delito se ha convertido en una fuente de ingresos para organizaciones criminales como:
- La Familia Michoacana
- Células vinculadas al CJNG
- Cártel de Santa Rosa de Lima

Las perforaciones afectan el abasto regional, generan riesgos de explosión y facilitan la venta en mercados clandestinos a precios más bajos.
Los estados más afectados por el robo de gas LP
Las zonas con mayor actividad de huachicol de gas LP se concentran en regiones donde ya existía robo de gasolina. Sin embargo, se han identificado patrones y corredores específicos:
1. Puebla: foco rojo permanente
Municipios más afectados:
- Tepeaca
- San Martín Texmelucan
- Huejotzingo
El estado concentra diversas tomas en ductos que atraviesan comunidades donde el gas LP se comercializa diariamente.
2. Estado de México: actividad creciente
Zonas críticas:
- Nextlalpan
- Aculco
- Jilotepec
Estos puntos forman parte del corredor hacia la zona centro del país, uno de los mercados más grandes de consumo doméstico.
3. Tlaxcala: una ruta corta pero activa
Municipio más afectado:
- Calpulalpan
En esta zona se registran perforaciones vinculadas a rutas hacia Puebla y Edomex.
El ducto más dañado
El ducto Cactus–Guadalajara, que atraviesa nueve estados, es el más perforado para robar gas LP, debido a su longitud y la cantidad de ramales que alimenta.
Cómo operan las bandas dedicadas al gas LP
El robo ya no es una actividad improvisada. Las redes identificadas por Pemex funcionan mediante estructuras con responsabilidades definidas:
- Piquetes nocturnos para perforar ductos con menor presión.
- Pipas pirata que se hacen pasar por distribuidoras formales.
- Centros de acopio ubicados en bodegas y casas de seguridad.
- Venta directa en colonias donde el gas se distribuye sin regulación.
- Gaseras toleradas o implicadas que mezclan producto legal y robado.
El mecanismo se vuelve difícil de frenar porque el gas LP robado entra de inmediato al mercado: se vende, se consume y desaparece.
La visión desde Pemex
Varios especialistas y exfuncionarios entrevistados en el reportaje de Reforma describen cómo el robo, incluido el de gas LP, es posible por fallas internas y redes externas.
“Pemex sabe dónde está la ordeña” – Rubén Choreño, trabajador por 40 años
El huachicol no es un problema externo. Llegó para quedarse, porque hubo quien permitió que creciera... Pemex sabe dónde están los ductos, sabe dónde se perfora, y aun así dejó de atenderlas”.
El “verdadero negocio” — Eduardo León Trauwitz, exsubdirector de Salvaguardia Estratégica
El verdadero negocio del huachicol nunca estuvo en los piquetes, sino en las oficinas, las terminales y los grandes consumidores”.
Describe operaciones como:
- Entregas ficticias
- Descargas incompletas
- Barcos que simulaban maniobras
- Empresas privadas que desviaban combustible
“Es un problema de seguridad nacional” – Jorge Salcido, exsuperintendente
Van de 5 mil a 10 mil tomas para arriba. Qué desgracia que lo sigan sangrando así”.
Salcido señala que la ordeña de gas y gasolina ha financiado campañas políticas y ha penetrado cuerpos de seguridad.
¿Qué implica este delito para los consumidores de gas LP?
Aunque no siempre es evidente, el huachicol de gas LP afecta directamente a los hogares:
- Sube el precio por la alteración del mercado formal.
- Reduce el abasto en zonas donde hay menos control sobre ductos.
- Incrementa el riesgo de explosiones y fugas cerca de zonas habitadas.
- Disminuye la calidad del producto cuando se mezcla con gas contaminado.
Cómo identificar riesgos si vives en una zona con ordeña
- Reporta olores fuertes a gas en zonas rurales.
- Evita comprar gas a distribuidores sin razón social visible.
- No aceptes precios demasiado bajos: suele tratarse de gas robado.
- Pide siempre ticket o factura para confirmar origen.
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Un delito que sigue sin freno tras 25 años
El huachicol no ha desaparecido y hoy opera en dos vías simultáneas:
- Huachicol físico, que incluye el robo directo de gasolina, diésel y gas LP.
- Huachicol fiscal, que permite evadir IEPS e IVA mediante importaciones disfrazadas.
Tres factores explican su permanencia:
- Vulneración interna en Pemex.
- Participación de grupos criminales en corredores clave.
- Redes empresariales y logísticas que dan salida al gas robado.
A pesar de decomisos y operativos, el mapa de perforaciones se mantiene prácticamente igual desde hace un cuarto de siglo.
El robo de gas LP avanza en ductos, aduanas y rutas estatales, con redes criminales y fallas internas que mantienen activo un delito de alto riesgo para hogares.
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