Cometa interestelar 3I/ATLAS realiza maniobra inusual rumbo al Sol; científico de Harvard sugiere posible origen extraterrestre
Este sería el noveno comportamiento anómalo registrado en 3I/ATLAS.

Washington, D.C.— El cometa interestelar 3I/ATLAS, del tamaño de Manhattan, ha generado asombro entre astrónomos tras ejecutar un movimiento “inusual” mientras se aproximaba al Sol esta semana, lo que ha llevado a algunos expertos —incluido un científico de Harvard— a plantear la hipótesis de que podría tratarse de una nave de origen extraterrestre, según información publicada por el New York Post.
De acuerdo con el astrofísico Avi Loeb, profesor de la Universidad de Harvard, los datos del Jet Propulsion Laboratory (JPL) de la NASA muestran la “primera evidencia” de una aceleración no gravitacional del cuerpo celeste, un comportamiento que no se ajusta a las leyes físicas esperadas para un cometa común.
El fenómeno se habría producido durante el perihelio, es decir, el punto más cercano de 3I/ATLAS al Sol. Según Loeb, aunque los cometas suelen ganar velocidad al liberar gas congelado en forma de chorro —un efecto conocido como “efecto cohete”—, el impulso detectado en este caso fue muy superior al previsto, acompañado además de trayectorias extrañas que parecían alejarlo y desviarlo lateralmente del Sol.
El científico planteó que esta aceleración no gravitacional podría ser una “firma tecnológica” de algún tipo de propulsión interna, lo que alimenta las especulaciones sobre un posible origen artificial.
Otro detalle que ha despertado interés es el cambio de color del cometa: mientras la mayoría adquiere tonos rojizos al acercarse al Sol, 3I/ATLAS se ha tornado azul brillante, algo que Loeb atribuye a la posible presencia de monóxido de carbono ionizado o un motor caliente. Sin embargo, no descartó una explicación natural, como la evaporación masiva de hielo.
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Este sería el noveno comportamiento anómalo registrado en 3I/ATLAS, que se suma a una lista de rarezas, como la presencia de una “anti-cola” (un chorro de partículas que apunta hacia el Sol en lugar de alejarse de él) y su paso inusualmente cercano por Júpiter, Venus y Marte.
Según Loeb, estos factores podrían indicar que ATLAS actúa como una sonda de reconocimiento enviada para observar la Tierra. Aunque la comunidad científica se mantiene escéptica ante esta posibilidad, los nuevos datos del JPL han reavivado el debate sobre si algunos objetos interestelares podrían tener un origen no natural.
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