Madre de Susan exige captura de dos prófugos acusados de violación en Campeche

Ciudad de México.— A más de cuatro meses de la denuncia por la violación tumultuaria de su hija Susan Saravia, estudiante de 22 años, Elizabeth Rodríguez exigió que las autoridades de Campeche ejecuten de inmediato las órdenes de aprehensión contra los dos acusados que siguen prófugos.

El caso ocurrió la madrugada del 31 de marzo, tras un “after” al salir de un antro en Campeche. De acuerdo con la carpeta de investigación CI-2-2025-448, Susan señaló a su amigo Yeshua y a dos conocidos de éste, Ángel y Jorge, de haber abusado sexualmente de ella en un departamento.

Hasta ahora, sólo Ángel ha sido detenido y procesado en julio pasado, mientras que Yeshua y Jorge permanecen prófugos.

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Promesas incumplidas

El pasado fin de semana, las madres de los acusados prófugos —Nubia Sabido (madre de Jorge) y Ana Cecilia Herrera (madre de Yeshua)— declararon que entregarían a sus hijos a la Fiscalía porque “confían en su inocencia”.

Sin embargo, Elizabeth Rodríguez recordó que desde mayo les pidió hacerlo y hasta ahora no ha ocurrido.

“La justicia no sólo es detenerlos, también es que paguen su condena en la cárcel. Mi hija es el caparazón de todas las jovencitas que han salido a contar lo que les hicieron. Ella recibe ataques en redes sociales para que otras puedan hablar”, dijo en entrevista con Grupo REFORMA.

“Que paguen por lo que hicieron”

Rodríguez, de 46 años, señaló que cada día del proceso ha sido lento y doloroso, pero sostiene su lucha por su hija y por las demás jóvenes que han denunciado abusos similares.

“Que paguen por lo que hicieron, que estén en la cárcel. Cada madre sabe el dolor de sus hijos, pero también pienso en esas jovencitas que están pasando por lo mismo y no pueden hablar”, expresó.

Apoyo federal y acompañamiento psicológico

La madre destacó el acompañamiento de su familia y el respaldo de funcionarios federales, entre ellos Citlalli Hernández, titular de la Secretaría de las Mujeres, quien la contactó la semana pasada.

“Es un cambio de 180 grados. El proceso ha sido largo y muy lento, pero estamos con mi hija hasta lo último. Tiene días buenos y malos, pero recibe tratamiento psicológico”, relató.

Para Elizabeth, la visibilidad mediática ha sido clave:“Si no lo hubiéramos hecho público, hoy sería una carpeta más olvidada en un escritorio de la Fiscalía”.

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