Medicamentos para bajar de peso ganan popularidad, pero especialistas advierten sobre su uso sin supervisión
Irma, una mujer de 51 años, bajó 9 kilos en dos meses usando este fármaco. Médicos advierten que debe usarse con acompañamiento nutricional y psicológico para evitar efectos negativos.

CIUDAD DE MÉXICO. 4 DE JULIO DE 2025.- Irma tiene 51 años y, como muchas personas, había probado de todo para bajar de peso sin éxito.
“A mi me gusta mucho comer y necesitaba una ayuda, ¿sabes? Por voluntad propia no me salía”, dice. Trabaja como visitadora médica en España, así que conocía bien el Wegovy, un medicamento que ha ganado popularidad mundial por sus rápidos resultados en la pérdida de peso.
Este fármaco, que originalmente se utilizaba para tratar la diabetes, contiene el mismo componente activo que el Ozempic y ya es conocido por ser “la inyección de moda” entre celebridades. En solo dos meses, Irma bajó nueve kilos.
“Le dije a mi médico que me lo recetara. Yo me pinchó los viernes, es como un pinchazo de insulina: una agujita muy pequeña, subcutánea y ya está”, explica, según Milenio.
Desde que comenzó el tratamiento, Irma dice que se siente más satisfecha con menos comida. Afirma que ahora consume muchas más frutas y verduras y que ya no le dan ganas de picar entre horas. Planea seguir con el medicamento un par de meses más, aunque aún no sabe si buscará orientación médica cuando lo deje.
Expertos insisten: no hay fórmula mágica. Estos tratamientos deben ir acompañados de atención médica, nutricional y psicológica
La doctora Rosa María Vargas, especialista en enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes, señala que estos medicamentos pueden ser muy efectivos, pero solo si se usan con acompañamiento profesional.
“Esto no es magia aunque nos haga mucho más llevadero el proceso. Tiene que ir acompañado de una correcta alimentación, de los nutriólogos para que te digan lo que necesitas y de los médicos que han descartado ya otras enfermedades como el hipotiroidismo u ovario poliquístico o alguna otra que te está llevando a la obesidad”, explica la especialista.
Entre los riesgos de usarlos sin receta están los efectos secundarios como vómito, diarrea, caída de cabello o pérdida de músculo. Además, no todas las personas son candidatas. Quienes padecen diabetes tipo 1, problemas de tiroides o sufren de hambre emocional pueden tener más daño que beneficio.
Otra preocupación es el rebote. Si la persona no sigue un plan integral, al dejar el medicamento podría recuperar el peso rápidamente.
“Si se va el músculo, tu metabolismo se va a ir al suelo y cuando dejes el tratamiento vas a recuperar peso mucho más fácil”, advierte la doctora.
Aun así, los beneficios son notables cuando hay seguimiento profesional. Con Ozempic, uno de cada tres pacientes puede perder hasta el 20% de grasa corporal. Con tirzepatida, la cifra sube al 25%.
“Tengo muchos pacientes con este medicamento. Los resultados son maravillosos, pero siempre tienen que tener el acompañamiento y seguimiento. Sin embargo, en el país es una realidad que se utiliza sin una receta médica”
“Si no sabes ponértelo vas a estar vomitando, vas a tener diarrea. No sólo es ir subiendo las dosis. (...) Pero si hay alguna complicación no vas a saber como resolverlo. Además, medicamentos patito, hay muchísimos”, agrega.
Rosa María, que también ha vivido la obesidad, sabe lo difícil que puede ser.
“Es triste y doloroso. Ya no quieres ir al cine porque no cabes en la butaca y sientes que estás lastimando o enfadando a la persona de alado cuando te subes al avión (...) La obesidad es una enfermedad crónica, progresiva. No es algo que se quite, es algo que hay que aprender a trabajar (...) Es habitual volver a subir. Necesita encontrar una estabilidad no desde el dolor”, comparte.
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