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Venció el cáncer infantil; ahora va a la Universidad

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Por Nicolle De León

Venció el cáncer infantil; ahora va a la Universidad

Venció el cáncer infantil; ahora va a la Universidad

A sus doce años debió colocar en el tintero el sueño de ser un gran deportista, el diagnóstico de una leucemia avanzada aquejaba la posibilidad de simplemente vivir, hoy en día, José tiene 20 años y estudia la Universidad tras vencer el cáncer infantil.

José Bryan López Velázquez es su nombre completo, es estudiante de la carrera Tecnologías de la Información en la Universidad Tecnológica de San Luis Río Colorado y compartió su historia en el marco del Día internacional contra el cáncer en niños.

Todo inició con caídas repentinas, somnolencia y desmotivación, esos síntomas pasaron por desapercibidos hasta que le dio una calentura de 38 grados y lo canalizaron a una clínica 31 del IMSS en Mexicali.

“No sabían qué darme porque me dieron tratamiento por un mes y no se me quitaba, así que me internaron y en ese punto no recuerdo mucho, yo estaba delirando, cuando desperté me dijo el doctor que tenía leucemia linfoblástica aguda en etapa III de ahí inició todo”, relató.

La primera en decírselo fue su madre, quien le precisó que no era una simple gripa, sino una enfermedad más grave, ya que él abogaba que seguramente sólo era una enfermedad pasajera.

“Pasó el tiempo y lo fui asimilando, que realmente sí estaba enfermo de cáncer, yo había escuchado que a los niños les daba cáncer, pero no es algo que esperas que te vaya a pasar a ti, yo pensé que era más en adultos”, describió.

A su madre, Emilia Velázquez, le tomó seis meses aceptar que su hijo tenía leucemia, lo llevaba a los tratamientos con la esperanza de que el doctor le pidiera disculpas porque se habían equivocado de diagnóstico, pero eso nunca pasó.

EL PROCESO

Siendo un pequeño, José tuvo que someterse a quimioterapias, su cáncer era riesgoso por su edad y lo avanzado, ya que entre más grande de edad, su capacidad de regeneración de células era menos rápida.

José estuvo tres años en tratamiento, perdió la cuenta de todos los métodos a los que fue sometido, ya que el 80% de su médula ósea tenía células con cáncer.

“Es un golpe emocional, ver a tu familia preocupada, me asusté porque todos entraban al principio hasta llorando, de eso vino el dolor físico en las venas, las quimioterapias quirúrgicas a veces no me dejaban pararme por el dolor, se me entumían las piernas”, recordó.

“Fue muy duró porque yo era bien aferrado y quería hacer deporte, me gustaba salir a jugar futbol, patinar, correr, y lo tuve que moderar, me deshidrataba y me daban insolaciones, no podía salir mucho por las infecciones en el aire”, mencionó.

El joven tuvo que dejar la escuela físicamente, pero continúo sus estudios de manera abierta, una clave para su avance fueron sus padres que siempre intentaban motivarlo a seguir adelante.

La familia de José lo llevó a la Fundación Tmona, con quienes se sintió aceptado por las amistades que hizo con niños en situaciones similares, además le brindaron solidaridad a sus padres, ya que él es el mayor de cinco hermanos.

“¡LA LIBRÉ!”

El 14 de febrero, justo un en un Día del Amor y la Amistad, José y Emilia acudieron para que le hicieran otra quimioterapia, el galeno que lo iba a atender le dijo con cara impresionada que en su último resultado ya no había indicios de cáncer.

“Sentí que me quitó un peso de encima, y dije: ‘ya la libré, ya no más es continuar el camino’, me dieron de alta y me dijeron que viniera por cuidado propio, no porque esté enfermo”, declaró.

“Durante el camino el ambiente se pone pesado, conocí a niños que murieron, no es algo que superas fácilmente, y ahora veo la vida más distinta y me siento más preparado para afrontar las cosas”, añadió.

Su madre Emilia recordó que hicieron una gran fiesta para celebrar que José venció el cáncer a sus 14 años, en diciembre del 2018, oficialmente dejó de estar en observación por riesgo de que apareciera la enfermedad.

La señora Emilia aprovechó para enviar un mensaje de apoyo a las familias que pasan por esta enfermedad, aconsejándoles que no decaigan y no pierdan las esperanzas por más difícil que parezca el panorama.
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