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El Imparcial / Mexicali / Día de las Madres

Enfrenta la pandemia con la fuerza de una madre

Mabel García Serrano desde hace 25 años se convirtió en madre, pero tiene 28 años trabajando en el hospital.

Es el tipo de doctora que desearías atienda a tus seres amados. Con su sensibilidad y empatía, reconforta no solo a sus pacientes en la peores situaciones, sino a los médicos en formación que están a su cargo, llamándola entre ellos “la mamá del hospital”.

Mabel García Serrano es médico especialista en cirugía, su trayectoria ha sido pujante llegando a ser una de las únicas tres cirujanos en el Hospital General de Mexicali (HGM).

Ahora enfrenta a la pandemia Covid-19, codo a codo con su gremio; a veces como líder y otras como tropa.

Para Mabel ser médico y madre de dos hijos, implicó muchos sacrificios; su formación y el ejercer su pasión, exigen tiempo y esfuerzo, no obstante, relata que es una prueba superada, ya que supo equilibrar ambas esferas de su vida.

Incluso, ser madre le ha traído ventajas aplicadas en sus relaciones humanas dentro del hospital, ya que con su sensibilidad maternal, mejora el ambiente entre pacientes y médicos residentes a su cargo.


SER MADRE

Desde hace 25 años se convirtió en madre, pero tiene 28 años trabajando en el hospital.

Sus dos hijos han tenido que entender que su progenitora a veces no puede estar por los exigentes horarios que implica ser médico.

“Logré nivelarlo, porque cuando llegaba a casa me quitaba la bata y me ponía mi delantal de mamá, me dedicaba a ser mamá, así hubiera operado a diez pacientes antes”, compartió la doctora.

“Cuando tenía guardias en las noches, dejaba a mis hijos bañados y cenados con mi esposo, y para cuando despertaban, yo ya estaba de vuelta para llevarlos a la escuela”, recordó la doctora Mabel.

El convertirse en madre implicó una mayor sensibilidad para el trato con sus pacientes.

Explicó que pasa sobre todo con los pequeños, o quienes vayan teniendo las edades de sus hijos, lo mismo a sucedido con los médicos por egresar o residentes, que debe de formar.

“Hay un fenómeno, en el grupo de residentes, unos tienen las edades de mis hijos, y para mi son como si fueran mis hijos, cuando terminan la especialidad, hablo con sus mamás y les digo ‘aquí está, se lo devuelvo como especialista, me lo dejó dos tres años’, ellos dicen que soy su mamá del hospital”, recordó con una sonrisa.

“Sí me siento su mamá, además ya tengo la edad para serlo, entonces sí es un poco maternal, porque soy mujer, no somos muchas mujeres cirujanos”, expresó la doctora.

PANDEMIA

Como médico cirujano, explicó que estaban acostumbrados a trabajar en momentos de presión, atendiendo personas lesionadas a causa de la violencia o accidentes.

Ahora se enfrentan a una pandemia invisible, que la gente no cree porque no ven a los enfermos internados.

Las personas contagiadas y agravadas por Covid-19, pueden estar bien, y de un momento a otro complicarse y fallecer, ese es uno de los aspectos más difíciles de la pandemia, explicó la doctora.

“Nuestro trabajo es un arma de dos filos por el riesgo de estar en contacto con el paciente, pero no termina ahí, porque vamos a nuestras casas, y también estamos con el temor de enfermar a las personas que queremos”, declaró.

Un médico siempre va a tener riesgos, comentó, por ahora es la pandemia del coronavirus, pero todo el tiempo hay posibilidad de contraer otras enfermedades contagiosas en el trabajo diario, como la tuberculosis, hepatitis, VIH, entre otras.

El sacrificio más importante es tener que distanciarse de las personas que quiere. El trabajar por el paciente es parte de su vocación, lo único distinto es la incomodidad del traje de “astronauta”, una vez puesto no pueden tomar agua o ir al baño.

“Después de un rato es molesto, da calor, las mascarillas lastiman la nariz, al ponerse el traje, uno no puede ir al baño en ese lapso, los cirujanos estamos acostumbrados a controlar esa situación cuando las cirugías son largas, no se puede tomar agua desde tiempo previo para evitar las necesidades, eso se convierte en un ayuno de unas doce horas”, describió.


ALGUIEN LO ESPERA

La doctora Mabel suele ponerse en los zapatos de sus pacientes para tratarlos con mayor humanismo, pensando siempre en que alguien los espera en casa.

“Yo pienso, si fuera mi mamá, mi hija, uno mismo, cómo quisiera que lo trataran, como esa empatía que debe estar siempre”, expresó.

ACTITUD

La actitud para salir adelante en la jornada día a día en la lucha contra el Covid-19, es la de servicio y apoyo, la doctora hizo alusión a que todos están en mismo barco, por lo que se debe formar equipo, desde el personal médico, de enfermería, aseo, suministros, etcétera.

“Sabemos que si esto crece, deberemos estar todos los días, y con horarios más aumentados, al fin y al cabo, para eso estudiamos, es nuestro trabajo, con las medidas de protección necesarias”, compartió la experta en cirugías.

“A veces se necesita ser líder, como se dice, a veces general, y a veces ser tropa, para acatar las recomendaciones que se nos dan, porque son lo mejor”, explicó.

FELIZ DÍA

La doctora envió una felicitación a todas las madres en su día, especialmente a las que están activas enfrentando la pandemia desde cualquier trinchera, ya sean del sector salud, alimentos, mercados, gasolineras, ya que todas están siendo muy valientes.

“Aunque uno trabaje afuera, sigue siendo uno el pilar de su casa, si la mamá está bien, la familia está bien, los hijos están bien, entonces a todas felicitaciones, cuídense mucho y tomen las medidas preventivas”, comentó.

Ver a una mamá hospitalizada, es especialmente difícil, porque sus hijos las están esperando en casa, por eso reiteró que deben ser pacientes y cuidarse, ya que esta pandemia tiene que acabar tarde o temprano.

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