Atención por estrés sube 70% por regreso a las clases

Posterior a la pandemia las atenciones psicológicas por casos de estrés y ansiedad se dispararon hasta un 70% informó Aline Abarca, psicóloga miembro del Consultorio Sala de Emociones, enfocado a la salud mental de los infantes.

Derivado de casi los tres años de pandemia, la psicóloga informó que el número de diagnósticos disminuyó considerablemente, ya que es en las aulas donde la mayoría de los niños son detectados en primera instancia por los profesores.

Es por eso que al volver a clases presenciales durante la mitad de este último ciclo muchos padres de familia fueron notificados por los profesores por presentar conductas relacionadas a la ansiedad o al estrés, lo que provoca un desfase escolar en el rendimiento de algunos.

Entre los signos de ansiedad en menores es que muchas veces se muerden las uñas, comen de manera apresurada o drástica, no duermen adecuadamente, se irritan con frecuencia sin motivo aparente, tienen altibajos de energía, estos son síntomas de ansiedad, explicó Aline.

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De los factores que pudieran influir en que niñas y niños lleguen a padecer este diagnóstico puede ser la genética o las conductas aprendidas en el hogar, pues muchas veces sucede que los niños al observar que los padres se alteran fácilmente por cualquier situación, ellos comienzan a replicar las mismas conductas.

Otra que se identificó también al regreso a clases presenciales fue que niños y niñas que tenían buenas calificaciones durante el periodo de clases en línea una vez de regreso a presencial los maestros notaron que no trabajaban comentó.

De esta manera, indicó que esto se debe a que las clases en línea sobre todos los infantes generaron más distractores y al final eran los padres quienes hacían las cosas por ellos, por lo que una vez de regreso de manera presencial a las aulas los niños comenzaron a manifestar estrés.

“Cuando hablamos de ansiedad y hablamos de estadísticas lo más común es que se de en niñas, pero ahorita con toda la tecnología, y lo que está sucediendo ya es 50 y 50”, afirmó.

Una vez detectadas estas características son referidos por los docentes al programa de Unidades de Servicio de Apoyo a la Educación Regular (Usaer).

O dependiendo de la evaluación del caso, los dirigen a un psicólogo privado, que es ahí donde la psicóloga entra para trabajar de la mano con los maestros y padres de familia. Otro de los diagnósticos que puntualizó, es que muchas veces ignorados son los de déficit de atención, incluso niños con espectros autistas.

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Niños con déficit de atención, incluso niños con espectros autistas. Es por eso que en caso de que el maestro o la maestra note alguno foco rojo o amarillo es importante que sea canalizado para descartar o bien confirmar que el niño o niña padece algún trastorno de ansiedad, estrés o déficit de atención.

Agregó que antes de la pandemia era común que en su mayoría solamente acudieron adolescentes de secundaria y preparatoria pero ahora se ve incluso en niños de kínder.